La polémica en torno a Miss Universe 2025 continúa creciendo después de que la representante de Noruega afirmara que el Top 10 habría sido seleccionado días antes de la gala final, lo que ha encendido dudas sobre la transparencia del concurso realizado en Tailandia. Según su testimonio, la lista de finalistas no se definió durante las rondas oficiales, sino con antelación, debilitando así la confianza en el proceso de evaluación.
Estas declaraciones se suman a una serie de señalamientos previos que ya habían puesto al certamen bajo escrutinio. Uno de los jueces oficiales renunció antes de la final y denunció que existía un comité no autorizado que habría hecho una preselección sin la presencia del jurado. En su declaración, el exjuez Omar Harfouch aseguró: “Somos ocho jueces que se supone debemos venir y elegir solo entre 30 concursantes y no 136. (…) No puedo jugar con el destino de chicas jóvenes.”
De igual forma, varias concursantes habrían manifestado que se enteraron por redes sociales de que existía una lista preliminar elaborada antes de las presentaciones oficiales. Una de ellas afirmó que “la selección preliminar para el Top 30 no solo se llevó a cabo sin la presencia de los jueces oficiales, sino antes de que siquiera compitiéramos en el escenario.”
¿De verdad se decidió el Top 10 antes de la gala final?
Aunque la Organización Miss Universe ha negado toda irregularidad, las versiones de participantes y exjueces han generado un ambiente de desconfianza. La directiva insistió en que “no se ha creado ningún jurado improvisado” y que ningún grupo externo está autorizado para evaluar o seleccionar candidatas; aun así, el comunicado no logró frenar el creciente escepticismo del público.
La situación escaló en los días previos a la gala final, cuando comenzaron a circular en redes sociales supuestas listas filtradas que coincidieron con varias de las semifinalistas reales. Con la declaración de Miss Noruega, la controversia pasó de ser un rumor a un señalamiento directo sobre el manejo interno del concurso.
La ganadora de esta edición, la mexicana Fátima Bosch, ha recibido elogios por su desempeño; sin embargo, especialistas advierten que las tensiones podrían afectar la percepción de su triunfo. Uno de ellos señaló que: “Le puede favorecer (el escándalo…) porque mediáticamente es la que más atención ha recibido; es la que los jueces… ya saben, ‘la mexicana, la mexicana’ es lo único que han estado escuchando…”, haciendo referencia al eco que ha tenido su presencia en el certamen.
El riesgo para la organización va más allá de los resultados. Patrocinadores, franquicias nacionales y futuras participantes podrían reconsiderar su relación con el concurso si no se garantiza que el proceso sea completamente imparcial. La imagen de Miss Universe, construida por décadas como un símbolo de oportunidad global, enfrenta uno de sus retos más complejos.
Hasta ahora, no se ha confirmado si Miss Noruega presentó evidencia formal para respaldar su denuncia, pero sus declaraciones han provocado una presión significativa para que la organización emprenda una investigación seria. La audiencia internacional espera claridad sobre si realmente hubo una selección anticipada o si todo responde a fallos internos en la comunicación del proceso.
