Una niña se ha robado el corazón de millones de usuarios en redes sociales gracias a su nobleza y empatía con los animales. En un gesto tan inesperado como conmovedor, la menor organizó un funeral completo para una lagartija muerta que encontró en su casa, acompañada de varios peluches que fungieron como dolientes. La emotiva escena fue captada y compartida por su madre, Karen Loreto, a través de su cuenta de TikTok, donde rápidamente se volvió viral.
En el primer video, que ya casi supera los 10 millones de reproducciones, se observa al reptil —bautizado como Tijuana— dentro de un pequeño ataúd de papel, mientras varios peluches la velan. “Se muere una lagartija. Mi hija en automático”, escribió la madre, quien con humor y ternura documentó la ceremonia.
Lejos de ser un simple juego, la niña mostró un profundo sentido del ritual. En siguientes grabaciones, puede verse cómo lleva a cabo el entierro en el jardín, siempre acompañada de sus inseparables peluches. La escena fue descrita por internautas como un acto lleno de amor y respeto, que mezcla juego infantil con una sensibilidad emocional sorprendente.
Pero la historia no terminó ahí. En el video final, la pequeña prepara pan para los asistentes imaginarios de la primera misa del novenario por Tijuana, haciendo de este homenaje algo aún más especial. “Fue mucha gente, era muy conocida”, “Estaban todos menos la familia de la lagartija” y “¿A qué hora empieza el rezo?” fueron solo algunos de los comentarios que inundaron las redes, destacando el cariño y la creatividad de la niña.
Más allá de la viralidad, el gesto ha generado reflexiones sobre la empatía infantil y la importancia de educar en valores como el respeto hacia todos los seres vivos. “En un mundo donde los animales muchas veces no son valorados, lo que hizo esta niña nos recuerda la compasión pura de la infancia”, escribió un usuario conmovido.
@karensloreto Ocurrencias de hijos 🦎⚰️⛪️🕊️ #regi #hijos #juegos #ocurrenciashumor #viral #jugando ♬ Amor Eterno - Instrumentales - Richard Clay
El “funeral de la lagartija” no solo causó risas y ternura, sino que también dejó un mensaje poderoso: la empatía no tiene edad. Con ayuda de sus peluches, esta pequeña le dio a Tijuana un adiós digno, recordándonos que incluso los gestos más simples pueden tocarnos el corazón.
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