El Primer Domingo de Adviento marca el inicio del año litúrgico dentro de la tradición cristiana y abre un periodo de preparación espiritual previo a la Navidad. En 2025, este día se celebra el domingo 30 de noviembre, dando paso a cuatro semanas dedicadas a renovar la fe, reflexionar sobre el nacimiento de Jesús y promover la unión familiar.
Este tiempo invita a vivir la esperanza, uno de los símbolos centrales del Adviento, representada por la luz que comienza a brillar en la oscuridad. Por ello, la primera vela de la Corona de Adviento tiene un papel especial como signo del comienzo de un nuevo ciclo espiritual.
La celebración no solo implica un acto religioso, sino también un espacio para reencontrarse con la familia, fortalecer valores y vivir el cierre del año con una mirada más consciente y agradecida.
¿Cómo se celebra el primer domingo y qué significa la primera vela del Adviento?
La tradición indica colocar una Corona de Adviento, generalmente elaborada con ramas verdes, símbolo de vida y esperanza. En ella se colocan cuatro velas que se encienden progresivamente cada domingo. La primera vela suele ser de color morado —aunque algunos hogares optan por azul— y representa la esperanza y la preparación interior.
Este encendido suele acompañarse de una oración, un momento de silencio o una lectura espiritual realizada en familia. La intención es abrir el corazón, reflexionar sobre lo vivido durante el año y preparar el espíritu para la llegada de la Navidad.
A medida que avanzan los domingos, la corona va iluminándose cada vez más, marcando el recorrido hacia la luz plena que simboliza el nacimiento de Jesús. Cada vela representa valores distintos: esperanza, paz, alegría y amor.
El sentido espiritual del Adviento y su presencia en los hogares
El Adviento invita a la introspección y a darle un sentido más profundo a las celebraciones decembrinas. Es un llamado a la reconciliación, al silencio interior y a cultivar la esperanza en familia. Muchos creyentes aprovechan este tiempo para realizar actos de caridad, fortalecer su fe y compartir momentos significativos con sus seres queridos.
Más allá de la religión, esta tradición se mantiene en miles de hogares como un símbolo de unidad, convivencia y renovación emocional, preparando el ambiente para una Navidad vivida con serenidad, propósito y agradecimiento.
Cómo vivir este primer domingo en casa
Enciende la primera vela de la corona y dedica un momento a reflexionar sobre tus metas, aprendizajes y deseos para el nuevo ciclo.
Comparte una oración o una lectura especial con tu familia.
Decora tu hogar con luces y elementos navideños que inspiren paz y armonía.
Aprovecha este día para comenzar actividades que te conecten con la espiritualidad y la unión familiar.
Vive la esperanza como el sentido central de este primer domingo, recordando que su luz simboliza nuevos comienzos.
