Si visitas Las Vegas tienes que darlo todo. Aficionados o Selección de México.
Habrá manchas en jersey, el esfuerzo así lo demanda. Persil nos convocó a una Misión Impecable para vivir el partido ante Costa Rica sin escatimar intensidad, y lo logramos.
Esta ciudad nunca duerme, menos en la antesala del juego que define el futuro de nuestra Selección Nacional. El día previo aterrizamos en medio de jerseys verdes que tapizaron los casinos. A esta afición no la detienen: “Mañana ganamos”. 
Rematamos con un espectáculo en el que el desgaste físico es al máximo y acompaña a la cadencia artística: Ka del Cirque du Soleil, una batalla entre guerreros en un escenario que cambia la perspectiva, horizontal o vertical, o de fondo, colgados como una pintura de museo en movimiento. Ejecución impecable, al estilo de Persil.
Las Vegas se convirtió en la primera ciudad de las últimas visitadas por la Selección de México donde los aficionados lo dieron todo en la fiesta: tambora, tacos, gritos y baile. No se guardaron nada.
Como el equipo. En la tribuna de Las Vegas se comió de todo entre el squaf de la misión: hotdogs, alitas, pizza. Y claro que se manchó el jersey mexicano con el gol que fue anulado al final. Y para lograr que cerrara Impecable, trajimos nuestro Persil.
Así que el esfuerzo estuvo recompensado. Quedó impecable el jersey para el día siguiente. Misión cumplida.
La Selección de México tomó riesgos, lo dejó todo en Las Vegas y cumplió la misión impecable para lo que sigue. Los aficionados en Estados Unidos hicieron lo mismo: la fiesta fue intensa, no se escatimó esfuerzo, y al final, con Persil se logró cumplir la misión impecable para seguir apoyando.
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