El “mata-grandes” Platense se sacó de encima a San Lorenzo de Almagro en calidad de visitante, tal como lo había hecho antes con Racing Club y River Plate, y sacó pasaje el domingo para disputar frente a Huracán la Final del Torneo Apertura argentino.
Ante el “Globo”, el domingo 1 de junio en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, el “Calamar” buscará conseguir una estrella inédita en primera división para el club.
El gol de Franco Zapiola, a los 72 minutos, sentenció el pleito en un estadio Nuevo Gasómetro colmado con más de 45 mil hinchas del “Cuervo” que se quedaron con las ganas de alcanzar la final con Huracán, su clásico rival de barrio, que clasificó al vencer a Independiente el sábado por penales.
El equipo de la dupla técnica integrada por Favio Orsi y Sergio Gómez lo hizo de nuevo.
Tras terminar en el sexto puesto en su zona en la fase regular, en octavos Platense venció 1-0 en Avellaneda a Racing -campeón vigente de la Copa Sudamericana y de la Recopa continental-, y en cuartos se convirtió en verdugo del lujoso River de Marcelo Gallardo en la tanda de penales, tras igualar 1-1 en el estadio Monumental. Y ahora fue el turno del conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo.
Como curiosidad, los futbolistas del “Marrón” lucieron sobre sus camisetas un parche con la imagen del fallecido Papa Francisco, reconocido hincha del “Santo de Boedo” y la frase “El Papa de la Gente”. “Hoy tiró para nosotros desde arriba”, dijo con una sonrisa Zapiola, el autor del gol.
Este domingo, Platense fue justo vencedor de una semifinal entre dos equipos que fueron espejos mutuos. En un primer tiempo sin prácticamente ocasiones de gol, la visita se mostró más cómoda con el trámite y con la perspectiva de un partido “largo”. En el anfitrión, Ezequiel Cerutti abandonó la cancha entre lágrimas tempranamente, por una lesión muscular.
En el complemento, la tendencia se acentuó. Con un planteo sacrificado e inteligente, Platense siempre pareció estar más cerca de la victoria. Y la plasmó Zapiola, quien dos minutos antes había ingresado como sustituto.
El arquero paraguayo Orlando Gill salió mal a despejar un córner, la pelota dio en el defensor local Elias Baez y quedó a merced del delantero: zurdazo preciso y potente para sellar el 1-0.
Desesperado, San Lorenzo salió en busca del empate y dispuso de un par de chances claras. Pero era demasiado tarde, el “Calamar” ya había aprendido a manejar este tipo de situaciones al ponerse en ventaja anteriormente en los playoffs.
Los hinchas reconocieron la buena campaña del “Ciclón” al despedir con aplausos a sus jugadores y al cuerpo técnico, en medio de una semana cargada de versiones acerca de la posible salida del entrenador Russo, al parecer pretendido por Boca Juniors.
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