Dicen que el amor rompre fronteras y en el caso de algunos seguidores americanistas esta premisa se hizo válida pues hicieron el esfuerzo por ir con su club a tierras japonesas al Mundial de clubes.

Vendiendo viejos artículos de colección, ahorrando, pidiendo aguinaldo por adelantado o rompiendo el colchón, algunos americanistas cruzaron el planeta entero para ver a su equipo en la justa internacional.

Ante ello, no dudaron en lucir sus playeras y mantas por todo Japón, sorprendiendo a los japoneses que se han envuelto en la fiesta del futbol por el certamen que organizan.





