El primer árbitro con Síndrome de Down que silba en España

Dani Alcaraz se ha convertido en un referente de la inclusión deportiva en España gracias a su destacada trayectoria como árbitro. Con síndrome de Down y más de diez años de experiencia arbitrando partidos de futbol 7 en Valencia, su historia ha llamado la atención por romper barreras y abrir camino a nuevas generaciones. Su labor en el campo no solo ha demostrado profesionalismo, sino también una enorme capacidad de liderazgo dentro del deporte base.

El caso de Dani se ha vuelto emblemático porque representa un avance significativo en la visibilidad y participación de personas con discapacidad en ámbitos tradicionalmente poco accesibles. Su reconocimiento llega en el marco del proyecto “Be My Referee”, una iniciativa que impulsa la práctica del arbitraje para personas con síndrome de Down u otras discapacidades y que busca crear un entorno más inclusivo y diverso dentro del futbol.

El impulso del proyecto Be My Referee

El programa “Be My Referee” tiene como objetivo principal ofrecer formación, acompañamiento y oportunidades reales a quienes desean convertirse en árbitros. La iniciativa destaca que el arbitraje puede ser una herramienta poderosa para fomentar la autonomía, la toma de decisiones y el sentido de responsabilidad. Este enfoque convierte al deporte en un puente hacia la inclusión social, mostrando que las capacidades deben ser valoradas por encima de cualquier condición.

Desde la organización señalan que la iniciativa está logrando romper estereotipos dentro del mundo del futbol. “Este programa rompe estereotipos dentro del mundo del futbol y demuestra que la inclusión es posible”, afirmaron, destacando el impacto de historias como la de Dani Alcaraz. El proyecto ya comienza a generar cambios en distintas ligas y escuelas deportivas de Valencia.

¿Cómo ha sido la experiencia de Dani Alcaraz como árbitro?

Para Dani, su rol dentro del terreno de juego ha sido enriquecedor y lleno de aprendizajes. A lo largo de los años, ha demostrado que, con disciplina y pasión, se pueden superar barreras y ganarse el respeto de jugadores, entrenadores y familias. Su presencia en los partidos de futbol 7 ha inspirado tanto a compañeros como a nuevos aspirantes que ven en él un ejemplo a seguir.

El propio Dani ha explicado que, aunque en ocasiones escucha algunas quejas desde la grada, ha aprendido a mantenerse concentrado en su labor. “Si escucho a algún padre protestar, simplemente lo dejo pasar. Yo voy a lo mío, pero todos me ayudan mucho”, declaró, reflejando su madurez y su capacidad para manejar situaciones complejas dentro del campo.

Su historia ha servido para abrir conversaciones sobre la importancia de crear espacios más inclusivos en el deporte. La normalización del arbitraje ejercido por personas con discapacidad implica un avance significativo que invita a replantear estructuras y prejuicios arraigados. Dani, con su trabajo diario, demuestra que el talento y la vocación no entienden de límites.

El camino de este árbitro valenciano sigue inspirando a quienes buscan oportunidades dentro del futbol y refuerza la relevancia de iniciativas como “Be My Referee”. Con formación adecuada, apoyo institucional y un compromiso constante con la inclusión, historias como la de Dani Alcaraz seguirán construyendo un deporte más abierto, representativo y justo.