Puntarenas FC encendió la conversación en el futbol de Centroamérica al confirmar que firmó una opción de compraventa con un grupo de inversionistas mexicanos representado por Manuel Velarde, exdirectivo de Querétaro y Atlante, quien actualmente está inhabilitado por cinco años en el futbol mexicano tras el caso de violencia en el Estadio La Corregidora en 2022.
El club costarricense comunicó que la operación aún no está cerrada por completo, pero que ya notificó a la Fedefutbol y al Comité de Licencias, instancias que deberán revisar el cambio de control. Además, Puntarenas indicó que Velarde y su equipo asumieron la gestión administrativa y deportiva desde el 1 de diciembre de 2025, coordinados junto con la actual junta directiva mientras se resuelve el proceso.
Opción de compra y cambio de mando: qué confirmó Puntarenas
La directiva porteña explicó que lo firmado es una opción de compraventa sobre la sociedad anónima deportiva (SAD) del equipo. Este tipo de contrato reserva el derecho de compra bajo condiciones específicas, como plazos y, sobre todo, aprobación reglamentaria.
La familia Medina, actual propietaria mayoritaria de Puntarenas FC SAD, lleva al menos tres meses negociando la venta, misma que desde agosto ya había trascendido en medios costarricenses como una operación cercana a los dos millones de dólares.
Puntarenas, histórico del puerto y con fuerte peso social en la provincia, busca con este movimiento capital para consolidar su proyecto deportivo en primera división y mejorar su estructura institucional.
La polémica: Velarde tiene veto en Liga MX por el caso Querétaro
El nombre de Manuel Velarde no pasa desapercibido. El directivo formó parte de la administración de Querétaro entre 2020 y 2022, periodo en el que ocurrió la violencia del 5 de marzo de 2022 en La Corregidora. Tras aquel episodio, la Asamblea de Dueños de Liga MX resolvió inhabilitar por cinco años a la cúpula directiva del club para ejercer cargos en el futbol mexicano, incluyendo a Velarde.
Aunque el castigo es nacional (FMF/Liga MX) y no una sanción FIFA global, el caso abre debate en Costa Rica: la Federación puede evaluar si el perfil del inversionista cumple estándares de integridad y reputación dentro del proceso de licencias.
En el continente, FIFA y confederaciones han endurecido su postura sobre gobernanza y propiedad de clubes, especialmente por riesgos de multipropiedad y transparencia financiera, lo que vuelve todavía más delicada una operación con un personaje sancionado en su país.
Qué sigue: licencias, revisión de accionistas y aprobación federativa
De acuerdo con reglamentos de licencias en Costa Rica, un cambio significativo de propietario o de administración obliga a someterse a una revisión para mantener el derecho a competir en primera división. Además, debe presentarse registro actualizado de accionistas y beneficiario final, con el fin de descartar dueños ocultos o estructuras irregulares.
Por eso, la Fedefutbol y el Comité de Licencias tendrán la última palabra: pueden solicitar documentación adicional, revisar antecedentes del grupo mexicano y determinar si la opción de compra se convierte en una venta definitiva o queda frenada en el camino.
Mientras tanto, Puntarenas ya vive una transición interna con los nuevos administradores al mando, en una historia que mezcla inversión extranjera, necesidad deportiva y un fuerte componente de riesgo reputacional.
