En el Estadio Olímpico, el equipo de Gian Piero Gasperini finalmente mostró un destello ofensivo que había estado faltando bajo el entrenador de mentalidad ofensiva. La Roma se quedó Top 2 en la Serie A tras vencer al Parma en la Jornada 9.
El zaguero central Mario Hermoso anotó su primer gol para el club capitalino. Luego, el delantero Artem Dovbyk duplicó la ventaja al convertir un rebote. Alessandro Circati anotó para Parma a cuatro minutos del final.
Roma sufrió la anulación de un gol de Matías Soule tras una revisión del VAR, Leon Bailey desperdició una oportunidad clara al fallar desde cerca, y un cabezazo acrobático del argentino Paulo Dybala fue repelido con la punta de un dedo.
Golorazo de Hermoso, rebote de Dovbyk y un atisbo de reacción del Parma
En el AS Roma de Gian Piero Gasperini al fin pareció liberarse ofensivamente: el zaguero central Mario Hermoso celebró su primer gol con el club al rematar de cabeza un córner hacia el segundo palo, y luego el delantero Artem Dovbyk amplió la ventaja al convertir un rebote. Después de jornadas donde la creación ofensiva había sido una asignatura pendiente, este partido dejó un destello de la intención ofensiva que Gasperini viene buscando.
La definición de Hermoso tras el saque de esquina y la precisión de Dovbyk en el segundo tanto ilustran cómo Roma supo encontrar espacios en su rival gracias a un cambio en la actitud ofensiva: más determinación, desmarques mejor ejecutados y la sensación de que los defensores también podían incorporarse al ataque sin perder la solidez. La dupla de goles tempranos permitió al equipo respirar y al entrenador validar algunas de sus ideas en ataque, tras haber probado ajustes tácticos en las últimas semanas.
Sin embargo, el partido también mostró que nada está completamente resuelto. El Parma Calcio 1913 recortó distancias con un tanto del defensor Alessandro Circati a cuatro minutos del final, lo que añadió nerviosismo al tramo final del duelo. Además, Roma sufrió la anulación de un gol por revisión del VAR, desperdició una clara oportunidad y vio cómo un cabezazo acrobático del argentino Paulo Dybala era repelido de forma milagrosa. Todo ello recuerda que el cambio ofensivo está en marcha, pero exige continuidad y más acierto ante rivales que no te dejan respirar.
Si Gasperini y su plantilla logran convertir este tipo de partidos en norma, con más goles, más fluidez y menos interrupciones en su propio ritmo, Roma puede mirar con ilusión hacia retos mayores. Pero el mensaje queda claro: el motor ofensivo se ha encendido, ahora toca mantener la chispa.
