El Club Puebla se prepara para afrontar uno de los torneos más difíciles de su historia reciente, y lo haría bajo una decisión que ha tomado por sorpresa a toda la Liga MX: Albert Espigares, actual Director de Fuerzas Básicas, se perfila para convertirse en el nuevo director técnico del equipo. La noticia fue adelantada por el periodista argentino César Luis Merlo, especialista en fichajes, quien aseguró que la directiva afinaba los detalles finales para concretar el nombramiento.
La información no tardó en encontrar respaldo: el reportero mexicano David Medrano avaló la versión con un mensaje contundente en redes sociales. “ELEGIDO. El español Albert Espigares será el nuevo entrenador del Puebla que apostará a la formación de jóvenes. Albert trabajó en básicas de Santos, Atlas y Puebla”, escribió, dando fuerza a una decisión que hasta hace unas horas no figuraba en el radar mediático.
Para Puebla, que atraviesa una crisis deportiva severa y un escenario económico restrictivo, la elección de Espigares representa un giro inesperado. La salida de Hernán Cristante, sumada al fracaso en las negociaciones con candidatos como Benjamín Mora, empujó a la directiva a mirar hacia dentro y apostar por un perfil que conoce la estructura, el plantel joven y las carencias del club desde adentro. Así surge el nombre del técnico español, que encabezaría un proyecto de emergencia para intentar rescatar a una institución en caída libre.
Espigares, de 46 años, no ha dirigido en Primera División, pero su conocimiento del entorno, su rol en la formación de jóvenes y su presencia en el día a día del club pesaron más que la falta de experiencia. En medio de una turbulencia histórica, Puebla parece decidido a arriesgar con un técnico de casa para buscar estabilidad inmediata.
Un nombramiento inesperado que cambia el rumbo del Puebla
Aunque la directiva había sondeado entrenadores con mayor recorrido en la Liga MX, la información filtrada por Merlo reveló que la estrategia cambió sobre la marcha. El club apostaría por Espigares debido a tres factores clave:
- Crisis de resultados. La Franja terminó el Apertura 2025 en el último lugar de la tabla, con solo 12 puntos y la defensa más goleada del torneo (42 tantos recibidos).
- Inestabilidad en el banquillo. El torneo marcó el paso de dos entrenadores: primero Pablo Guede, quien salió el 15 de agosto, y luego Hernán Cristante, cesado el 12 de noviembre.
- Limitaciones económicas. Las complicaciones financieras del club redujeron significativamente el margen para contratar un técnico de alto perfil.
Espigares, quien ya había trabajado en la cantera de Santos, Atlas y recientemente en Puebla, fue considerado la alternativa más viable, no solo por su disponibilidad, sino por su conocimiento de los procesos formativos del club. De acuerdo con fuentes cercanas al equipo, la directiva cree que su capacidad para integrar jóvenes podría ser clave en una temporada que exigirá reforzar el plantel sin grandes inversiones.
Los retos que enfrentará Albert Espigares en el Clausura 2026
Si su nombramiento se confirma, Espigares asumirá el cargo bajo condiciones estrictas. Tendría un contrato de un año, condicionado al rendimiento del equipo, en un entorno donde cualquier inicio flojo podría acelerar decisiones drásticas.
El panorama es desafiante: Puebla viene de cerrar un torneo con la peor defensa del campeonato, una de las ofensivas menos productivas (solo 21 goles marcados) y un vestidor golpeado por cambios constantes y la falta de continuidad. Además, el equipo se encuentra hundido en la parte baja de la tabla porcentual, un riesgo que podría comprometer seriamente el futuro deportivo y económico del club.
Entre los objetivos que la directiva plantearía al nuevo DT se encuentran:
- Reestructurar la zona defensiva, prioridad absoluta tras un torneo desastroso atrás.
- Integrar jóvenes de la cantera para oxigenar el plantel y reducir costos.
- Recuperar confianza y competitividad, dos aspectos que desaparecieron durante el Apertura 2025.
- Reconectar con la afición, cada vez más crítica y desconfiada del proyecto actual.
Espigares llega como una apuesta arriesgada, quizá la más arriesgada de los últimos años, pero también como una decisión lógica dentro del difícil momento institucional que vive el club. La directiva está obligada a actuar con rapidez, y él representa una alternativa que combina conocimiento interno, bajo costo y un enfoque en la formación de talento.
La decisión también responde a la urgencia: la Franja necesita resultados inmediatos, así como un liderazgo con ascendencia dentro de la institución. Espigares, pese a su poca proyección mediática, es una figura respetada en las categorías inferiores y mantiene buena relación con varios jugadores del primer equipo.
