El futbol puede esperar

Bastan unos segundos para remover los recuerdos y el valor de lo verdaderamente importante, la vida. Todo lo demás en insignificante cuando las entrañas de la tierra te confirman que somos un eslabón más, pero no el más importante como muchos creen.

Todavía no recuperábamos el aliento como sociedad por lo vivido en  Oaxaca y Chiapas, cuando nuevamente un 19 de septiembre sentimos el poder de la naturaleza con furia arrebatando de una sacudida cientos de sueños y cortando de tajo a la misma cantidad de familias, de amigos, de conocidos, de seres humanos.

Yo iba a cumplir 10 años cuando aquella mañana de 1985 el movimiento del piso me hizo tropezar con un sillón de la casa mientras esperaba que mi abuelo estuviera listo para llevarme a la escuela. El martes tomé a mi hija de cuatro años junto a mi esposa y la sacamos como pudimos de un departamento mientras preocupados nos dirigimos al colegio por nuestra otra hija de siete años esperando que todo estuviera bien.

Afortunadamente nosotros pudimos lograrlo como miles más... pero hubo otros padres de familia que no pudieron y eso duele mucho, demuele el alma, porque esa historia pudo ser para cualquiera de nosotros y eso no lo podemos dejar de lado. Conmovedor es sin duda observar el aliento, la ayuda, la solidaridad, la hermandad y el esfuerzo de la mayoría de la gente que eclipsa a esa minoría de rufianes que aprovechan el caos, la tragedia y el dolor para delinquir.

A México país, se le golpea por todos lados, nos hemos encargado durante décadas de desgastarlo, abrumarlo, vejarlo, robarlo, engañarlo, acabarlo, pero esta nación es tan generosa que nos sigue dando otra oportunidad más. Ojalá algún día, todos, aprendamos que siempre podemos ser mejores como sociedad y no sólo bajo el llanto de la catástrofe.

Mis condolencias sinceras para aquellos deudos de las víctimas y respeto absoluto para esas personas desinteresadas que aportan su ayuda. Que la Liga y la Femexfut hayan suspendido la Copa y la siguiente jornada era lo mínimo que debían hacer.

Porque al final el futbol puede esperar, el deporte en general puede esperar.. Siempre puede esperar.