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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Joker

2016-06-30 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Cuando el viejo tahúr arrabalero apuesta una deuda más dentro de una pocilga clandestina amafiada e irregular en un juego de poker sin reglas, ni códigos, lo único a lo que aspira en el instante que la fortuna está a punto de darle una vez más la espalda y condenarlo a vivir de prestado y bajo amenazas múltiples, es que en la carcomida baraja marcada aparezca un bálsamo cuida almas, el bufón que empareja situaciones y salva vidas, la suya, por ejemplo, la carta insignia que entre los profesionales no participa, pero que en aquellas endebles mesas con paño desgastado, donde no suenan fichas, sino que raspan los billetes y se respira humo denso, cancerígeno, suceda el milagro con el comodín, ese joker mágico que te cambia el juego, la mirada, las pulsaciones y hasta la perspectiva de las cosas en cualquier momento de la partida.

Una carta que para los exquisitos es una broma, un chiste, pero que para los ludópatas y las masas tiene más valor que un as bajo la manga.

En la comuna de San Joaquín, al sur de la capital chilena, en la calle Pasaje Aníbal justo atrás de la portería de una polvorienta cancha de futbol, vivía el pequeño Arturo junto a sus cuatro hermanos y Jaqueline, la orgullosa madre que todos los días buscaba unos pesos que traer al hogar.

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