Peláez confía en que el Tri y Cruz Azul rompan sus 'malarias'
Ricardo Peláez se llevó las manos a la cabeza en un trance consumado en el gol de su vida. En la Copa del Mundo de Francia 1998, entró de cambio contra Corea; su primera pelota fue pateada hacia la red con la fuerza de millones de mexicanos en el empeine.
De cara al juego contra la escuadra oriental, Peláez pone las cosas en perspectiva desde su condición de directivo de Cruz Azul, porque existe un estereotipo coincidente, entre lo verde y lo celeste, que está por romperse… Las ‘cruzazuleadas’ y el 'jugamos como nunca y perdimos como siempre’ no tienen espacio en el futuro…
Villoro decía que la Selección Mexicana es como quien se divorcia y se vuelve a casar: triunfa la esperanza sobre la experiencia…
Estoy convencido de que esta generación, mezclada con Campeones de Juegos Olímpicos, Campeones de selecciones menores y jugadores en Europa, es interesante. Esa experiencia hay que canalizarla bien.
¿Qué es más probable, que México avance al quinto partido o que Cruz Azul sea campeón?
Las dos son posibles ¡y las dos se van a hacer!
Cruz Azul y la Selección luchan contra los estereotipos del ‘No se puede’...
Son parte de la historia reciente, ¿no? Si un equipo viene sin conseguir el objetivo puede ser la burla de muchos. Ha pasado con las selecciones que no han pasado a ese quinto partido y con los equipos dependiendo las rachas. Ahora me toca entrar a un equipo que afortunadamente hemos podido conformar bien y estamos muy ilusionados.
¿El gol contra Corea es una de las experiencias más gratas de tu carrera futbolística?
Fue donde coroné la máxima ilusión de mi vida deportiva. No hay nada más importante para un jugador que representar a tu país en un Mundial. Estando ahí no solamente quieres jugar, quieres anotar goles.
En el medio tiempo me dijo Lapuente: ‘calienta, vas a entrar’. Me sentí muy motivado y comprometido conmigo mismo, con mi familia y con mi país. Sin tocar la pelota, prácticamente, el balón que toqué, en el minuto 50 fue gol. Jamás le había pegado con tanta determinación.
El festejo fue al borde de las lágrimas, llevándote las manos a la cabeza en un trance…
La noche previa estábamos en la concentración. Mi compañero de cuarto era Isaac Terrazas. Le dije: ‘Llevo 15 años esperando esta oportunidad. Voy a entrar y meteré gol’. Me dijo: ‘Flaco, te veo muy seguro’. Al momento de anotar me llevé las manos a la cabeza diciendo: estoy soñando.
¿Existe otro argumento futbolístico de Corea que no sea la velocidad?
Son como maquinitas, tácticamente muy mecanizado. Son rápidos, ahora ya más fuertes. Muy disciplinados, cumplen con su tarea individual. Quizá cuando los atacas y les mueves la pelota se vuelven vulnerables.
De esa forma, Ricardo Peláez recuerda el ayer en verde y ya traza el futuro en azul, con la aspiración del 'Sí se pudo'...
