Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
A destapar la cloaca
Tiemblen. El Matosas-gate aún tiene mucho más por contarnos. Mucho. Y no sólo sobre el entrenador uruguayo y su representante, pues resulta que además del cochinero que tenía este par con los refuerzos de los que sacaban tajada en sus equipos, removiendo las turbulentas aguas de los fichajes en nuestro balompié hemos encontrado más y más porquería. Y los que saldrán manchados son varios.
La lista es larga. ¿Otros representantes? Por supuesto, quedándose de los traspasos cantidades insultantes, que pasan por mucho los porcentajes acostumbrados.
¿Más entrenadores? Pero claro, son vitales para que los tentáculos de los agente puedan moverse y estirarse hasta alcanzar sus ambiciones en las entrañas de los clubes.
¿Directivos? También, algunos en activo y otros buscando trabajo, unos en televisión incluso.
¿Dueños? Esos no, pues son a los que les han visto la cara con singular alegría, inflando costos y quedándose con enormes tajadas.
Después de la investigación que destapó el periodista Amir Ibrahim en Cancún, en la que exhibió uno de los negocios de Matosas, y que después catapultó Denisse Maerker con los audios del arreglo con el representante Fernando Pavón, ahora Ignacio Suárez prepara una serie de entregas que exhibirá lo más profundo de los negocios oscuros que se hacen en el futbol mexicano para quedarse con enormes tajadas de traspasos, fuera de los reglamentos y alejados de buenas prácticas en el futbol profesional.
Una vez ventilada la punta del iceberg del Matosas-gate, muchos agentes, técnicos y directivos han preguntado a periodistas y comunicadores si saben de algo más que se pueda publicar, para estar preparados. Desde estas páginas les anticipo: Tiemblen, que en RÉCORD vienen entregas que levantarán la cloaca de nuestro futbol y varias ratas quedarán expuestas a la luz pública.
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SE TENÍA QUE DECIR...
Ya le pasa factura a Miguel Herrera haber llamado “putos” a los árbitros; si la Disciplinaria no castigó con severidad, los silbantes sí lo hacen: César Ramos echó al Piojo por salirse del área técnica, justificado, pero está claro que a cualquier otro se la habrían pasado, como a Álvaro Galindo, su auxiliar, que en San Luis dirigió fuera del rectángulo. Y la factura que aún le falta pagar.
...Y SE DIJO
