El Club Universidad recupera la memoria de a poco. Y eso es tremenda ganancia. Sorprende con el bombazo de Aaron Ramsey y va por más, no solamente fichajes de alta calidad o mediáticos, sino trata de recuperar el valor de cantera en el primero equipo. La clave un corazón pintado azul y oro desde pequeño como el de Efraín Juárez.
El entrenador de Pumas fue clave para traer al mediocampista galés, pues comparten al mismo agente, David Baldwin, y le enseñó a Ramsey lo que significa el club universitario, las instalaciones y el proyecto. La directiva se encargó de ponerle sueldo en la mesa más alto de lo del Cardiff, ahora ganará cerca de 2.5 millones de dólares al año, y se cerró.
Y falta. Además de regresar a CU al legendario Héctor Moreno para tratar de que la central no se desarme con la marcha de Licha Magallán, Pumas va por dos foráneos en posiciones de ataque: un ‘9’ de categoría, que será grata sorpresa para la afición, y un extremo.
Pero la recuperación de la memoria en el Club Universidad no se limita a extranjeros de calidad, sino que Juárez intenta revivir el potencial de la cantera. El entrenador trabajó con 24 juveniles previo a la pretemporada para poder integrar a algunos; sesiones de entrenamientos en Cantera con categorías de 2010 a 2006, un proyecto afianzado con Raúl Alpizar, director de fuerzas básicas. A Efraín le interesa completar plantel con la nueva sangra azul y oro.
Así, a paso lento, pero seguro, Pumas intenta parecerse más a Pumas y no al remedo de equipo que los últimos presidentes, Leopoldo Silva y hasta el actual Luis Raúl González, hicieron, y gracias a un canterano con el corazón azul y la piel dorada como Efraín Juárez.
