Katya López
@Katilunga
Periodista con 24 años de experiencia en el Deporte Olímpico. Fundadora de la Asociación Americana de Investigadores, Historiadores y Periodistas Deportivos(2017), finalista en los Premios de la AIPS (2022).
El dolor que comparten Prisca y Marco
Hay varios puntos comunes en dos Subcampeones Olímpicos mexicanos de París 2024, la judoka Prisca Awiti y el pugilista Marco Verde: ambos ganaron medalla de plata en los Juegos y compiten en un deporte de combate.
Sin embargo, tienen un dolor compartido: el dolor de perder, porque se requiere ser muy valiente para desear el triunfo sabiendo que entre las posibilidades está caer. Con cada victoria hubo muchas derrotas dolorosas.
Tanto Marco como Prisca vivieron en 2023 una inflexión que cambió su vida.
"Un Mundial antes de Juegos Centroamericanos y del Caribe sentía que había hecho una de las mejores preparaciones de mi vida, pero perdí en la primera ronda y eso fue muy duro para mí, fue un momento muy difícil. Pero también eso fue lo que me catapultó para ganar oro en los Centroamericanos y luego el oro de los Panamericanos", eso me dijo 'El Green' antes de llegar a París.
Justo en el Mundial del año pasado, pero de judo, Prisca también vivió un evento muy complejo.
"Allí terminé quinta, a un combate de llegar a medallas. Me deprimí mucho, fue una depresión deportiva que nunca había sentido y me dije 'si llego a un combate en el que voy a pelear por una medalla, ¡nunca más volveré a perder! nunca jamás quiero sentir esto otra vez'. Que una meta tan grande en tu vida está tan cerca, pero no la alcanzas... ¡fue lo peor! Pero lo más lo más importante para mí era mi equipo, mi familia y las personas que me rodean que me ayudaron a salir", me compartió Prisca.
Entender sus procesos para comprender la derrota es importante. Elegir vestirla de 'fracaso' reduce el evento a una mediocridad. Pero ampliar la perspectiva a aprendizaje permite un crecimiento exponencial que ofrece -además- tomar responsabilidad.
Pero ¿qué tan fuerte se necesita ser para levantarse de caer en primera ronda o de un combate de medalla? Ambos momentos dolieron, pero sin ellos tal vez ninguno brillaría en la historia.
Por eso vale mucho admirar su gloria, pero también vale la pena entender los momentos oscuros, porque aunque la victoria tiene muchos parientes y la derrota es huérfana, es a través de ella que entendemos cuánto nos merecemos tomar el amargo y nutritivo trago hasta crecer.
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