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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

J.J. Macías, emergente

2019-10-16 | Luis García
LUIS GARCíA
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Tu ascenso ha sido meteórico, no puede ser definido de otra manera; la forma en la que has crecido ha sido notable y expedita, pero soy de los que confía en las progresiones cansinas y sólidas por encima de las aceleradas sin sustento.

Tu desarrollo aún me resulta complejo definirlo, debutaste el 22 de julio de 2017 con las Chivas, sitio en el cual nunca explotaste, tanto las condiciones colectivas como individuales no te permitieron ganarte un espacio preponderante, y fuiste cedido al León.

Hoy, con el periódico del lunes, todos somos unos genios atendiendo dicha publicación. Se dice que se cometió una atrocidad al enviarte a otra organización que sí aprovechó tus habilidades. Respeto todo tipo de discernimiento, pero no comparto dicha visión: en el León encontraste una fabulosa y bien estructurada telaraña social, deportiva y humana que te permitió empezar a volar, empezar a exhibir tus condiciones sin riesgo de quedar en ridículo.

Tampoco hay que terminar una maestría para comprender que las exigencias en uno y en otro paraje son totalmente disímiles. En Chivas, por más que no se le estruja como a otras entidades grandes, el margen de maniobra para entregar resultados es mucho más limitado que en el León. No demerito a los de Guanajuato, pero así es, guste o no.

En tu actual club estás amparado, protegido, blindado, te puedes equivocar las veces que quieras sin que ello te deje imborrables cicatrices, y eso es exactamente lo que cualquier joven, en cualquier disciplina de la vida, necesita, saber que al tomar decisiones, locas o cuerdas, no habrá consecuencias ni lastimarán su autoestima.

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Es por eso que en lugar de andar juzgando que te dejaron ir de Jalisco, deberías agradecerlo. Hoy comienzas a surcar los cielos porque a alguien se le ocurrió moverte de aeropuerto.

Tus condiciones futbolísticas son sumamente lindas: eres un delantero y goleador que juega a la pelota, no eres un delantero dependiente, esos penosamente están en proceso de extinción. Revisemos algunos honorables ejemplos: Luis Suárez del Barcelona, Karim Benzema del Madrid, Sergio Agüero del City, Roberto Firmino del Liverpool, y en cuanto a tus compatriotas el referente más palpable de esta evolución en la demarcación de centro delantero es Raúl Jiménez. Todos son futbolistas que tienen un cercano vínculo con el gol, pero que pisan otras zonas del campo y se asocian con el juego de manera excelsa.

Tú lo haces también, guardando las distancias y las jerarquías con los arriba mencionados. No te incomoda un ápice estar dentro o fuera del área, ambos territorios te son cómodos.

Llevas un par de presentaciones con la Selección Nacional mayor, en el entendido que no están todas las vacas sagradas. La primera fue fantástica, ante Trinidad y Tobago en Toluca. Fuiste el mejor de los mexicanos, metiste un muy buen gol en un contraataque que montaste y finiquitaste. Asististe a los que estuvieron cercanos a ti, luciste con prestancia, nada te quitó la paz, ni te inquietó. Te viste bien plantado, físicamente poderoso, erguido en la batalla, aunque ésta fue contra los endebles guerreros trinitarios.

Tu segunda presentación fue desangelada, algunos se me pueden violentar; me da lo mismo. Cierto, metiste dos pirulos, pero jugaste mal, es más, no jugaste, fuiste una anécdota durante el trance del partido, un fantasma, goleador, pero un fantasma.

Para mí diste un pequeño paso para atrás, no sé si fue por que a diferencia del duelo ante TyT, en el cruce ante Bermudas, jugaron algunos de los pesos pesados de la Selección, no sé si eso te intimidó, pero tu nivel fue bajo en relación con tu potencial.

También hay que entender que tienes 20 años, eres un escuincle en estos menesteres, y tendrás altas y bajas pronunciadas, es normal y, sobre todo, necesario. Si vas a ser exitoso debes estar dispuesto a fracasar.

Eres una de las cartas fuertes en esta ampliación de la baraja de los integrantes de la Selección, en esta purificación que parece estar en marcha pensando en los dos siguientes Mundiales, más en el de 2026, donde se llegará con una generación renovada, y en donde tú puedes ser una parte brillante y esperanzadora del nuevo engranaje, pero por el momento no te confundas, estás lejos de serlo.

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