Después de dos décadas del retiro del Concorde, el rugido de un avión supersónico volvió a escucharse en el desierto de Mojave. La empresa Boom Supersonic, con sede en Denver, está decidida a revolucionar la aviación comercial con el desarrollo de Overture, un jet que promete llevar pasajeros de Nueva York a Londres en menos de 4 horas.
A inicios de 2024, el prototipo XB-1 de Boom Supersonic rompió la barrera del sonido, alcanzando 1,200 km/h (750 mph) bajo el mando de Tristan Brandenburg, piloto de pruebas y exinstructor de Top Gun. Este logro marca el primer vuelo supersónico de una empresa privada, según confirmó el medio FLYING. El XB-1 es apenas un modelo a escala de lo que será el verdadero protagonista de esta historia: el avión comercial Overture.
Overture: el avión que quiere hacer historia
El Overture está diseñado para transportar entre 65 y 80 pasajeros a Mach 1.7 (alrededor de 2,100 km/h), utilizando un fuselaje delgado, alas delta dobles y materiales de fibra de carbono para maximizar la eficiencia aerodinámica. La cabina estará configurada solo con asientos de clase ejecutiva, lo que busca ofrecer una experiencia premium para sus pasajeros.
Boom planea que este avión cubra rutas transatlánticas como Nueva York-Londres o Nueva York-París en menos de cuatro horas, reduciendo a casi la mitad el tiempo de vuelo actual. El rango proyectado es de 7,860 km, suficiente para rutas intercontinentales, aunque no podría cruzar el Pacífico sin escalas.
El reto financiero detrás del supersónico
El desarrollo de Overture implica una inversión monumental. Boom calcula que necesitará entre 1,000 y 2,000 millones de dólares para alcanzar la producción, pero algunos analistas, como Richard Aboulafia de AeroDynamic Advisory, estiman que el costo real podría ser de hasta 15,000 millones de dólares.
A esto se suma el elevado consumo de combustible. De acuerdo con Boom, el Overture consumiría entre dos y tres veces más combustible por asiento premium que un avión convencional como el Airbus A350 o el Boeing 787. El International Council on Clean Transportation va más allá y estima que el consumo sería de cinco a siete veces superior.
El precio también será exclusivo. Un estudio citado por CNN calcula que un vuelo de ida entre Nueva York y Londres podría costar alrededor de 4,830 dólares, aproximadamente un 38% más caro que un boleto promedio de clase ejecutiva actual. Esto limitaría el acceso a un público premium, aunque el atractivo de reducir horas de vuelo podría generar demanda suficiente para justificar el negocio.
