El pasado jueves, las acciones de Tesla se desplomaron más de 8.6% en la Bolsa de Nueva York, luego del enfrentamiento público entre el CEO de la compañía, Elon Musk, y el presidente estadounidense, Donald Trump.
La relación entre ambos magnates, que durante años fue de colaboración política y financiera, entró en crisis tras la reciente discusión sobre el megaproyecto de ley presupuestaria promovido por el mandatario republicano.
"Estoy muy decepcionado", dijo Trump al ser cuestionado por los periodistas en el Despacho Oval, después de que Musk calificara la ley como una “abominación”.
La ruptura que sacude a Tesla
Las tensiones no tardaron en reflejarse en los mercados. A las 11:05 de la mañana (hora de CDMX), las acciones de Tesla caían un 8.64%, cotizando en 303.35 dólares. Los inversionistas reaccionaron con nerviosismo ante el distanciamiento del CEO de Tesla con el presidente, quien anteriormente había favorecido a la industria de los vehículos eléctricos con subsidios.
Musk, por su parte, no tardó en responder en su red social X (antes Twitter): "Lo que sea", posteó tras las declaraciones de Trump, y desmintió que su molestia estuviera relacionada con los subsidios a los autos eléctricos. "Falso", escribió, refiriéndose a las versiones que aseguraban que él conocía de antemano los detalles del proyecto.
De millonario aliado a enemigo político
Musk había invertido más de 250 millones de dólares en el regreso político de Trump, y fue pieza clave en el diseño de la reforma gubernamental que buscaba despedir a decenas de miles de empleados públicos para reducir el gasto federal. Sin embargo, la ruptura definitiva se produjo luego de que el empresario sudafricano renunciara a su cargo dentro del gobierno estadounidense tras manifestar su desacuerdo con la política fiscal del presidente.
El choque entre ambos personajes reavivó las tensiones políticas y económicas en un año electoral crucial para Estados Unidos, y confirma que la alianza entre Musk y Trump, que parecía sólida, ha terminado de fracturarse.
