El 8 de diciembre de 2012, Jenni Rivera subió al escenario de la Arena Monterrey para ofrecer un concierto que nada hacía imaginar sería su despedida definitiva. Con un repertorio cargado de éxitos, emoción a flor de piel y una conexión intensa con su público regio, la “Diva de la Banda” dio un show inolvidable. Nada hacía presagiar que unas horas después, la tragedia marcaría para siempre el legado de la cantante.

El concierto que se convirtió en leyenda
Esa velada reunió aproximadamente a 17 mil asistentes, quienes corearon canciones como “La Gran Señora”, “Paloma Negra” e “Inolvidable”.
Jenni Rivera se presentó con su característico estilo —vestido negro entallado, chamarra de cuero y tacones— y ofreció más de tres horas de música, emoción y entrega.
Durante el concierto recibió de su disquera un doble disco de oro y platino en reconocimiento por las ventas de sus discos Joyas Prestadas y La Misma Gran Señora.
Al terminar, sus últimas palabras al público regiomontano fueron un mensaje directo al corazón: “I love you, Monterrey”. Con ese adiós, cerró su presentación sin imaginar que sería su última noche sobre un escenario.

¿Qué ocurrió después del show? El trágico desenlace
Tras el concierto, Jenni abordó una avioneta privada desde el Aeropuerto del Norte en Monterrey con rumbo a la Ciudad de México.
Antes del despegue, en la madrugada del 9 de diciembre de 2012, Jacob Yebale —maquillista de Jenni Rivera— compartió en sus redes sociales una fotografía en la que aparecen la cantante y parte de su equipo.
En la publicación escribió: “We getting back to México City… Jenni Rivera, Arturo, Gigi and me. Los amo!”.

Minutos después del despegue, la aeronave perdió contacto con las autoridades y horas más tarde se confirmó su caída en la Sierra de Iturbide, Nuevo León; ninguno de sus ocupantes sobrevivió.
El impacto de su muerte sacudió al mundo del espectáculo, y desde entonces ese concierto del 8 de diciembre se recuerda como la última noche de la “Gran Señora” con su público.

Un legado que sigue vivo
A trece años de aquel 8 de diciembre, el concierto en la Arena Monterrey sigue siendo recordado como un momento emblemático en la carrera de Jenni Rivera. Más allá de las canciones y la emoción, aquella noche simboliza su conexión con miles de fans y su legado imborrable en la música regional mexicana.
Jenni se fue, pero su voz, sus letras y su presencia aún viven en cada recuerdo, cada canción y cada persona que la sigue escuchando.




