Más de cien personas han muerto y decenas continúan desaparecidas tras las fuertes inundaciones registradas en diversos condados de Texas, según informaron autoridades locales. El desastre ha sido catalogado como uno de los más letales en la historia reciente del estado.
Las lluvias intensas registradas durante el fin de semana provocaron el desbordamiento del río Guadalupe, especialmente en el condado de Kerr, donde muchas de las víctimas fueron arrastradas por la corriente mientras dormían o se encontraban en campamentos cercanos. El campamento juvenil Camp Mystic fue uno de los más afectados.
De acuerdo con información oficial, al menos 104 cuerpos han sido recuperados, entre ellos 28 menores de edad. La cifra podría aumentar conforme avanzan las labores de rescate, ya que se reportan personas no localizadas, principalmente en zonas rurales o ribereñas.
Más de 400 rescatistas trabajan en la zona, apoyados por drones, helicópteros y binomios caninos. La Guardia Nacional y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) han desplegado recursos y personal en los condados más afectados.
Ante la magnitud de los daños, el gobierno federal emitió una declaratoria de desastre mayor, lo que permitirá la llegada inmediata de ayuda y recursos extraordinarios.
El Servicio Meteorológico de Estados Unidos advirtió que persiste el riesgo de nuevas lluvias en el centro de Texas, por lo que se mantiene la alerta ante posibles inundaciones adicionales.
Las autoridades locales reconocieron que, una vez superada la fase crítica, se investigará el funcionamiento de los sistemas de alerta temprana y evacuación.
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