La Zona Rosa, ubicada en el corazón de la colonia Juárez, es considerada el centro histórico y cultural de la comunidad LGBTQ+ en la Ciudad de México. Su evolución ha sido marcada por transformaciones sociales, culturales y urbanas que la han convertido en un espacio emblemático de diversidad, visibilidad y libertad.
A mediados del siglo XX, la Zona Rosa era un barrio elegante habitado por la alta sociedad porfiriana. Sin embargo, en las décadas de 1950 y 1960, comenzó a ser ocupada por artistas, escritores e intelectuales, quienes la convirtieron en un enclave cultural lleno de librerías, cafés y galerías. Fue el pintor José Luis Cuevas quien, inspirado por su carácter provocador y sofisticado, la bautizó como “Zona Rosa”.
Durante los años 70 y 80, en un contexto de represión social, comenzaron a abrirse en la zona los primeros bares y discotecas LGBT+. El más famoso fue "El Nueve", un espacio clave para la comunidad gay en México, que operó de 1977 a 1989. Más allá del entretenimiento, fue un refugio y plataforma para la visibilidad en un momento en que vivir abiertamente era un acto de resistencia.
A partir de los años 90, la Zona Rosa se consolidó como epicentro de la vida nocturna LGBTQ+, con calles como Amberes y Génova convertidas en corredores de bares, discotecas, tiendas eróticas, librerías de temática diversa y sex shops. Además, fue uno de los primeros puntos de partida para la Marcha del Orgullo en la Ciudad de México, reforzando su papel simbólico como espacio seguro y de lucha por los derechos.
Si hoy disfrutas la pista de baile en espacios LGBT+, en la CDMX no siempre fue así. Acompáñanos en un tour al pasado, a las entrañas de legendario Bar Nueve, epicentro contracultural que abrió lugar a la diversidad artística, genérica y de pensamiento, en la Zona Rosa.… pic.twitter.com/iVxHNB45V8
— CulturaUNAM (@CulturaUNAM) June 19, 2025
Hoy en día, además de su herencia LGBTQ+, la Zona Rosa alberga una importante comunidad coreana, fenómeno que dio origen al llamado “Pequeño Seúl”, donde se pueden encontrar restaurantes, supermercados asiáticos y tiendas de moda. Este cruce de culturas ha convertido la zona en un entorno cosmopolita, donde conviven la fiesta, el activismo, el comercio y la tradición.
A pesar de su legado histórico, la Zona Rosa enfrenta procesos de gentrificación, saturación comercial y desplazamiento de espacios queer.
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