El presidente Donald Trump volvió a sacudir la economía global con una amenaza directa a uno de los gigantes tecnológicos más influyentes del mundo: Apple. A través de su red social Truth Social, Trump advirtió este viernes que la empresa deberá enfrentar un arancel del 25% si no traslada la fabricación de sus iPhones al territorio estadounidense.
Donald Trump Amenaza a Apple
"Hace tiempo informé a Tim Cook (presidente) de Apple que espero que sus iPhones que se vendan en Estados Unidos sean fabricados en Estados Unidos, no en India ni en otros lugares. Si no es el caso, Apple deberá pagar un arancel de al menos 25%". Escribió el presidente Trump.
Este mensaje no es un simple exabrupto presidencial. Forma parte de una renovada ofensiva proteccionista impulsada por Trump desde su regreso a la Casa Blanca en enero, que ya ha incluido aranceles a productos clave de socios comerciales como China y México. Su objetivo: repatriar empleos y fortalecer la manufactura nacional.
Un viejo pulso entre Trump y Apple
En una reciente visita a Qatar, el presidente reveló fricciones personales con el CEO de Apple:
"Tuve un pequeño problema con Tim Cook. Le dije: 'Tim, te tratamos muy bien. Llevamos años soportando las fábricas que construiste en China. No queremos que construyas en India sino aquí, y tendrán que aumentar su producción en Estados Unidos'". Puntualizó Trump
La tensión escaló justo después de que Cook anunciara que India se convertirá en el principal país de origen de los iPhones vendidos en EE.UU., una jugada estratégica para esquivar los aranceles del 145% impuestos por Trump a productos chinos.
¿Un nuevo capítulo en la guerra comercial?
El conflicto se produce en medio de una frágil tregua de 90 días entre Washington y Beijing, con la que ambas potencias intentan desescalar su prolongada guerra comercial. Pero la advertencia a Apple deja claro que Trump no planea aflojar su cruzada industrial.
¿Qué sigue para Apple en Estados Unidos?
La amenaza abre interrogantes sobre el futuro de la cadena de suministro global y el precio final de los iPhones para los consumidores estadounidenses. Si Apple traslada parte de su producción a EE.UU., ¿cómo afectará eso a los costos, a los tiempos de entrega y al empleo local?
Por ahora, Apple guarda silencio. Pero una cosa es segura: Trump no ha terminado de presionar para que la "manzana" vuelva a crecer en suelo americano.
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