El Gran Premio de la Ciudad de México de Fórmula 1 no solo entregó emociones en la pista con la velocidad de los monoplazas, sino que también regaló un peculiar momento de acercamiento entre el deporte motor internacional y el ferviente fútbol mexicano. El protagonista de esta inusual fusión fue el joven piloto francés Isack Hadjar, de la escudería Racing Bulls, quien sorprendió a propios y extraños con su vestimenta a su llegada al Autódromo Hermanos Rodríguez.
A diferencia de sus compañeros, Hadjar arribó al circuito el día de la carrera, el domingo, luciendo con orgullo la camiseta del Club América, uno de los equipos más populares y ganadores de la Liga MX. Este gesto rápidamente capturó la atención de los medios y de la afición mexicana, que celebró la adopción de los colores azulcrema por parte del competidor europeo.
La historia detrás de esta inusual indumentaria se remonta al día sábado, durante las sesiones de práctica y clasificación del GP de México. En un gesto de bienvenida y camaradería, un grupo de jugadores del Club América acudió al paddock de la Fórmula 1 para convivir con los pilotos de las escuderías Red Bull y su equipo hermano, Racing Bulls.
Los futbolistas Brian Rodríguez, Alan Cervantes e Israel Reyes fueron los encargados de llevar la representación del equipo de Coapa y de repartir el simbólico regalo. Cada piloto recibió una playera personalizada de las Águilas, un obsequio que buscaba estrechar lazos entre ambas disciplinas deportivas.
Entre los afortunados en recibir la casaca azulcrema estuvieron estrellas del automovilismo como Max Verstappen, Liam Lawson y Yuki Tsunoda, además del propio Hadjar. No obstante, en un guiño a la afición mexicana y al ambiente festivo del evento, el francés de Racing Bulls fue el único que decidió integrar la prenda a su atuendo oficial del día de la carrera.
El piloto galo se presentó en el autódromo con la camiseta del América, la cual lucía su apellido y el dorsal 6 en la espalda, el número con el que compite en su monoplaza. Esta imagen se convirtió instantáneamente en una de las más comentadas y celebradas del fin de semana, destacando el espíritu y la calidez del evento mexicano de Fórmula 1.
De esta forma, Isack Hadjar no solo compitió en uno de los circuitos más desafiantes del calendario de la F1, sino que también se ganó el cariño de una parte de la afición mexicana al portar los colores de la escuadra más ganadora del fútbol nacional, demostrando cómo el deporte trasciende fronteras y categorías.
