El Estadio Azteca transpiraba Era mediodía, “hacía un calor infernal”, recuerda Gerardo Torrado. El 1 de julio de 2001, la Selección Mexicana jugaba contra Estados Unidos. Gerardo estaba en la cancha. Ansioso, joven. Nervioso.
Aquel día, Javier Aguirre debutaba como entrenador del combinado mexicano en una eliminatoria mundialista tan recorrida como comprometida. Como no se tenía nada, se necesitaba todo para vencer “al acérrimo rival”. Entonces vinieron las supersticiones y las
cábalas. El Vasco se le acercó a Torrado y le hizo una petición especial para intimidar al oponente.
“En ese partido me rapé, después de una plática que tuve con Javier Aguirre; él me dijo que me había visto en el Tenerife así, que él creía que con ese ‘look’ irradiaba mucha fuerza y que quería que me rapara contra Estados Unidos”, recuerda el ‘Borrego’, quien ahora juega en aquel país y a la distancia charla con RÉCORD.
¿Qué representa Estados Unidos deportivamente?
“Es el acérrimo rival de la zona, México está un paso adelante; sin embargo, Estados Unidos ha incrementado su nivel. Son rivalidades que se van pasando generación tras generación y que se mantienen. Me tocó vivirlas contra Donovan, contra Lalas. La rivalidad permanece, no se va. Es por la hegemonía, por ser el patrón de la zona”.

¿Hay que recuperar esa etiqueta de patrón?
“Sí, porque ellos están en un cambio generacional. A mi parecer la Selección Mexicana tiene mejor equipo que la norteamericana”.
¿Llegó o ha llegado un momento en el que elfutbolista pensó: ya no somos el gigante del área?
“Han evolucionado mucho, por ejemplo, la MLS sigue en crecimiento y tiene peso específico en la zona, vienen jugadores de gran talento, casi retirados y otros no tanto. Hoy en día, el futbol mexicano sigue teniendo la ventaja de que nace con el futbol en la sangre, en las venas, lo lleva dentro y tiene esa picardía para seguir siendo el mejor”.
Jürgen Klinsmann dijo que el campo de Columbus es como su Estadio Azteca, ¿pesan igual?
“No creo, es para ponerle presión al equipo mexicano. No creo que tenga el peso que tiene el Estadio Azteca por todo: por dimensiones, por capacidad de espectadores, por ambiente, hasta por factores como la altura, que te mata”.
¿Cuenta tanto la localía de Estados Unidos en Columbus ?
“Sí, pero hasta eso nos va a sonreír, pinta para no hacer tanto frío. Se traen a jugar a su selección ahí porque sienten que les favorece el clima, en México no estamos acostumbrados, pero hasta eso nos va a sonreír”.

Desde 1972 no se le gana a Estados Unidos, como visitante, en eliminatoria…
“Todas las estadísticas están para romperse, más ahora. México tiene a su favor que el Hexagonal apenas está iniciando, no hay presión alguna, los obligados son los americanos, porque están jugando en casa. No hay mejor panorama que se le pueda presentar a México, que éste”.
¿Las burlas del 2-0 calaban?
“Siento que eran coincidencias, así habían quedado los marcadores, es algo de lo que ellos se agarran para poder generar una motivación extra con sus jugadores y la gente conecte con el equipo. Es el rival mas duro”.
¿Una de las derrotas más dolorosas de tu carrera fue aquel 2-0 en el Mundial contra Estados Unidos?
“Puede ser una de las que más ilusión cortó en la Selección y en la afición, ganando ese juego se vislumbraba un buen camino para que avanzáramos al quinto juego”.




