El Grupo C de la Tercera Ronda de las Eliminatorias de Concacaf entra en su punto más alto de tensión. Honduras, Haití y Costa Rica mantienen vivas sus aspiraciones rumbo a United 2026, en un cierre donde cada gol, cada punto y cada detalle puede definir el boleto directo al Mundial. Los reflectores ahora se centran en el choque entre Haití y Nicaragua, duelo que se carga de dramatismo por las necesidades clasificatorias del conjunto caribeño.
Haití llega a esta última jornada dependiendo exclusivamente de sí misma. Tras un desempeño irregular pero competitivo, el equipo dirigido por Sébastien Migné suma ocho puntos, los mismos que Costa Rica, aunque con una diferencia de dos goles menos. Esa condición obliga a los caribeños no solo a ganar, sino a hacerlo por al menos tres goles para alcanzar el objetivo mundialista sin depender de terceros.
La afición haitiana, muy activa en redes sociales durante las últimas horas, ha mostrado plena confianza en su selección. El sentir digital coincide con la narrativa de distintos portales especializados, que destacan el carácter ofensivo del equipo y su reciente evolución táctica bajo el mando de Migné. Sin embargo, también subrayan la exigencia emocional que representa jugar “de local lejos de casa”.
Y es que, debido a la crisis sociopolítica que atraviesa su país, Haití disputa esta Eliminatoria en Curazao, utilizando el estadio Ergilio Hato como su fortaleza temporal. Aun así, el equipo sostiene que la distancia no afecta su determinación y que el objetivo mundialista se mantiene más vivo que nunca.
Nicaragua quiere cerrar con autoridad
En el otro lado aparece Nicaragua, un rival que, lejos de ser un trámite, promete dar batalla. El técnico pinolero, Marco Antonio Figueroa, declara desde la previa que su selección buscará “dar la sorpresa” y cerrar el proceso con un triunfo que deje buenas sensaciones de cara al futuro. En redes sociales, la afición nica también exige un cierre digno y competitivo.
El compromiso del cuadro centroamericano esta noche es jugar sin presión, lo cual podría convertirlo en un rival aún más peligroso. Su organización defensiva y su capacidad para incomodar al rival han sido parte de su sello durante el proceso. De lograr contener el ímpetu haitiano, podrían cambiar el destino del Grupo C.




