Salón de la Fama de Canastota

El reconocimiento de un grupo de seres humanos afines a tu profesión y personas que pertenecen a tu gremio siempre es satisfactorio, más en una sociedad donde tristemente estamos acostumbrados a ver más veces lo malo que lo bueno. Hoy, como cada año, el Salón de la Fama de Canastota, en Nueva York, abre sus puertas a nuevos miembros.

Vitali Klitschko
Después de la era del poderío de un Mohammad Ali, Frazier, Mike Tyson o Holyfield, surgió Vitali Klitschko, un hombre que inauguró una época diferente en el boxeo de los pesos Completos.

Rompió con los esquemas a los que estábamos acostumbrados los amantes del pugilato rentado en esa categoría.

Su récord terminó en 2012 con 45 victorias y dos dolorosas derrotas contra Chris Bird y Lennox Lewis.

No hay duda que este excampeón mundial fue un grande, pero su boxeo no fue de esos que agradaron y se quedaron en el ánimo del monstruo de mil cabezas. Un boxeo típico de Europa del Este, efectivo, mas no taquillero a los niveles de los antes mencionados.

Su hermano, hasta hace unos meses, también estaba activo y, sin duda, lo acompañará en Canastota en unos años más.

Érik Morales
Si hay un rival ‘odiado’ por el boxeo mexicano en la actualidad es Manny Pacquiao. Desde aquí, venga un homenaje al primero que logró vencerlo en 2005, Érik Morales.

De la carrera del orgullo de Tijuana, destaco varias peleas en las que tuve el honor de participar, narrando para Televisa, de las que resaltan las tres que tuvo en contra de Marco Antonio Barrera, fueron guerras espectaculares, sin duda alguna, de las mejores trilogías en la historia del boxeo.

Aparte de esta tercia tuvo una contra el ‘Pacman’, en la cual perdió las últimas dos. Érik, además de ser un guerrero, fue el primer mexicano en ser campeón mundial en cuatro diferentes divisiones (Supergallo, Pluma, Superluma y Superligero), logro tremendo.

El ‘Terrible’ será el boxeador mexicano número 16 en este Salón de la Fama, en donde destacan personajes como el famoso Ricardo ‘Finito’ López.

Post mortem
A pesar de que siempre he dicho que los honores tienen que ser en vida, no le resto, por ninguna circunstancia, valor a los homenajes póstumos.

En este rubro encontramos a un boxeador neoyorquino que terminó con una carrera de más de 90 victorias, cuyo último triunfo fue en 1931, Sid Terris.

Dejó este mundo en 1974, pero su memoria sigue en los libros de historia del boxeo, como el de mi hermano Eduardo Lamazón.

Conclusión
Bien merecida la inducción a uno de los salones de la fama más importantes del deporte internacional, el de Canastota en Nueva York, para estos elementos que llegarán de forma oficial en junio del próximo año.