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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

El balón, a los pies de Yon

2018-07-06 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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El balón no está más en los pies del ‘Chicharito’, de Herrera o de Guardado. El balón está ahora en los pies de Yon. De él podría depender el futuro mismo del futbol mexicano.

Creo que Yon de Luisa, el nuevo presidente de la Federación Mexicana de Futbol, tiene una magnífica oportunidad de hacer lo que antes nadie ha hecho: convertir a la Selección Mexicana en una institución, donde la parte comercial y la deportiva no se mezclen demasiado, donde tenga a los mejores en cada posición: a quienes se encarguen de vender, de comercializar, de hacer televisión y, por el otro lado, a los que se encargan de hacer futbol, de tomar decisiones de cancha.

Si De Luisa logra eso, se rodea de las personas adecuadas y busca un plan de aquí al 2026, fecha en que México hará el Mundial en casa y en Estados Unidos -que es la 'otra casa' de la Selección-, hay grandes oportunidades de elevar el nivel
de calidad, de competitividad y de pelear por trascender en una Copa del Mundo.

Habrá que aprovechar la coyuntura de un cambio en la silla presidencial federativa. Aunque De Luisa procede del mismo árbol genealógico que sus antecesores, Decio de María y Justino Compeán, es un hombre con “ideas frescas”, joven, inteligente, que tiene la oportunidad de llevar al futbol mexicano al siguiente nivel en temas dirigenciales.

Antes que un 'nombre', la Selección Mexicana requiere de un 'proyecto'. Sin él, cualquier entrenador estará, otra vez, a la deriva.

La continuidad de Juan Carlos Osorio, el regreso de Miguel Herrera y hasta la elección de Matías Almeyda. Ninguno será útil sin un plan sustentable a largo plazo donde se establezcan abierta y coherentemente las metas y los resultados a seguir.

No es posible que hoy mismo estemos debatiendo todavía si el Mundial fue bueno, regular o de plano un fracaso para México. De acuerdo con las expectativas que tiene el futbol mexicano y para el tamaño de su industria -la pasional y la económica-, el resultado de Rusia 2018 volvió a estar alejado de los verdaderos alcances de este futbol. Hace falta un cambio, que garantice una estructura distinta en las selecciones nacionales. Hay que nombrar un entrenador, pero alrededor de él, garantizar la continuidad de un proyecto, que pueda seguir a pesar de que los resultados no acompañen al personaje que se sienta en la banca.

La Selección Mexicana no puede depender de un solo nombre. Sea Osorio, Herrera, Almeyda o alguien más. La Selección Mexicana debe apoyarse en una sólida estructura que le permita sostener su proyecto a pesar de resultados adversos.

De Luisa puede y debe acudir a personajes que conocen bien la historia, la trascendencia, las virtudes y los defectos del futbol mexicano. No es válido seguir desperdiciando la sabiduría que en cancha tienen personajes como Miguel Mejía Barón, Ricardo Ferretti, Manuel Lapuente, Ricardo La Volpe, Hugo Sánchez, Enrique Meza, Víctor Manuel Vucetich, Luis Fernando Tena, Carlos Reinoso y Tomas Boy, entre otros.

Ellos pueden, a través de un comité o un consejo, decidir quién es el mejor para entrenador nacional y también pedirle “cuentas” a ese entrenador, supervisarlo, buscar que no se aleje del estilo planificado para todas las Selecciones Mexicanas. Que le ayuden a detectar talento, que la Selección tenga sus propias fuerzas básicas y que luego esos jugadores se “vendan” a los clubes bajo el formato de un “draft”. En fin, ideas sobran. Lo que hace falta es voluntad para hacerlo.

Entiendo -no del todo- que de la parte de los derechos de televisión no se suele hablar. Pero De Luisa sabe y entiende que los tiempos han cambiado en el país -acabamos de ser testigos de ello el domingo pasado- y que el futbol requiere una mayor apertura. En la manera en la cual él pueda conducir al futbol mexicano hacia una mayor transparencia, libertad y participación, mejorarán muchos rubros, entre ellos la cancha. De Luisa debe unir a los clubes alrededor de la Selección Mexicana. Tratar de que la Liga MX siga siendo atractiva cada fin de semana, pero cuidar que el talento mexicano siga apareciendo y teniendo oportunidad de lucir. Buscar un mayor fomento a la exportación de futbolistas en las mejores Ligas del mundo y tratar de que México vuelva cuanto antes a la escena competitiva que ofrece el sur del continente en eventos como la Copa América -selecciones- y la Copa Libertadores -para los clubes-.

Hay mucho por hacer por la Selección Mexicana. Hay mucho que hacer por el futbol mexicano. Un poco de buena voluntad en todos lo sectores ayudaría. Al final del día, todos -supongo- buscamos lo mismo: que el futbol mexicano crezca y que se una a las grandes potencias del juego. Puede seguir un gran negocio -quizá aún mejor- y puede -porque tiene el potencial- crecer en la cancha hasta niveles insospechados. Hay que trabajar. El Balón está en sus pies, en tus pies, Yon. No nos falles.

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