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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Tomás Boy, Ave Fénix

2020-10-20 | LUIS GARCÍA
LUIS GARCÍA
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Entiendo que este texto estará ligeramente sesgado. Contigo, Tomás, me une una extraña y, a la vez, entrañable relación personal. Extraña porque nos vemos poco, mucho menos de lo que me gustaría, ya que charlar contigo sobre futbol y sobre la vida es una canija maravilla. Y entrañable, porque estoy cierto eres uno de los mejores gestores y docentes del futbol nacional y siento que no tienes el reconocimiento que mereces.

También es cierto que te vale un carajo los aplausos y las loas. Tú sabes de tu enorme capacidad y la mayoría de los futbolistas que han estado bajo tu brillante mente y mando, lo han constatado y reconocen en ti a un entrenador inteligente, empático, capaz y con un fabuloso sentido del humor.

Tuve la enorme fortuna de cruzarme en tu camino en las postrimerías de mi carrera como jugador profesional. Coincidimos en Monarcas Morelia y fue una de las experiencias más profundas, más satisfactorias y más retadoras que tuve.

Recuerdo cuando te vi por primera vez en Morelia, fue en el club de golf, me diste la mano, sueles estrechar la mano de manera firme, supongo para dejar en claro quién eres. Y me soltaste la contundente frase ‘Ve al lugar que te quieran, no al que tú quieras'. Te diste la media vuelta y te fuiste, y yo me quedé intentando descifrar tu galimatías.

Fueron seis meses extraordinarios en donde aprendí a jugar a la pelota, en donde me divertí como enano, en donde disfruté, y sobre todo entendí más el juego. Al semestre siguiente Monarcas Morelia fue campeón con Luis Fernando Tena, pero que no quepa la menor duda, ese campeonato, esa estrella en el uniforme michoacano, tú la edificaste, tú la gestaste, también te pertenece.

Hoy vuelves a subirte al ring como bien nos mencionaste en una entrevista a Carlos Guerrero y a mí. Y seamos sinceros, te encanta estar ahí. Hoy tu nueva casa es en Mazatlán, un paradisíaco sitio, una plaza brutalmente deportiva, y con una ilusión enorme.

Tu antecesor en tu actual puesto, Francisco Palencia, más allá que en algunos partidos hizo que su equipo jugara bien, no era el indicado para poder empezar a construir una nueva franquicia. Mazatlán FC no sólo necesita que su equipo gane partidos, necesita construirse desde los cimientos, forjar una estructura deportiva y humana desde la nada, y eso no es un tema menor, y aquí también puedes ser de gran utilidad. Ya de entrada en el primer partido ya le cambiaste el cariz, el ánimo y la percepción a los tuyos.

Fiel a tu estilo, contagiaste de bravura, de alegría y de confianza a tus dirigidos. A ti te gusta el futbolista que se vincule con respeto y arte a la pelota. Desde el primer momento supiste que en este club existen futbolistas así, por ende, tu chamba va a ser más sencilla, si bien no tienes a los mejores jugadores del torneo, sí tienes el suficiente recurso humano para concursar con honorabilidad.

Inicié este texto de la misma forma como lo voy a concluir, señalando que mis palabras están ligeramente sesgadas. Pero no puedo más que celebrar tu regreso, celebrar tu maestría, celebrar tu locura y celebrar que estés en un banquillo de futbol. No perteneces a otro paraje, lo tuyo es mandar, es educar, es orientar, y que mejor que cerca de la pelota. Bienvenido una y mil veces de regreso, querido Tomás.

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