La política migratoria de línea dura de Donald Trump empieza a generar fisuras internas. El presidente de Estados Unidos reconoció que sus propias medidas han tenido consecuencias negativas para la economía, en especial para sectores como la agricultura, hotelería y servicios, que dependen en gran medida de trabajadores migrantes.
“Nuestros grandes agricultores y la gente del sector hotelero y de ocio han estado afirmando que nuestra política migratoria tan agresiva les está quitando trabajadores muy buenos y con muchos años de experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, escribió Trump en redes.
Donald Trump siente la presión
La admisión llega en un momento de tensión creciente, con protestas contra las redadas del ICE extendiéndose desde Los Ángeles hasta Austin, Chicago y Nueva York. Más de 600 personas han sido arrestadas, lo que ha generado enfrentamientos con las fuerzas del orden.
En respuesta, el mandatario estadounidense cambió al discurso ahora diciendo que había que proteger a los trabajadores del campo y sacar a los que sean criminales.
“Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los criminales de Estados Unidos. Se avecinan cambios", declaró ante la presión de empresario que han perdido trabajadores importantes que hacen funcionar la economía americana.
Sheinbaum: “Los migrantes no son criminales”
En medio de este escenario, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que buscará reunirse con Trump en el marco del G7. Adelantó que su mensaje será claro y directo: defenderá la dignidad de los mexicanos que viven en EE. UU.
“Se lo haremos saber al presidente Trump que le recordaremos que él en muchos momentos ha reconocido a las y a los mexicanos que viven allá, y que no son criminales, que son sencillamente personas que migraron por necesidad y que son parte ya de la vida de Estados Unidos”, afirmó Sheinbaum.
La presidenta destacó también la contribución económica de los migrantes mexicanos, al señalar que cerca del 80% de sus ingresos permanecen en impuestos dentro de Estados Unidos.
La declaración se da en un contexto de creciente presión internacional hacia la política migratoria estadounidense, y mientras la fuerza laboral del país ha registrado una caída, en parte por la reducción de trabajadores nacidos en el extranjero, algo que no se había visto desde 2020.
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