La inflación volvió a presionar los bolsillos en la primera quincena de noviembre. El INEGI confirmó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor subió 3.61% anual, un repunte que tomó por sorpresa al mercado y que se explica, sobre todo, por el aumento en los energéticos. Aunque sigue debajo del nivel observado hace un año, el dato corta la racha de desaceleración y enciende alertas rumbo al cierre de 2025.

Electricidad se dispara: +20.70%
El principal responsable del salto inflacionario fue la electricidad, cuyo precio se disparó 20.70% tras concluir el subsidio de temporada cálida en 11 ciudades del país.
Este incremento jaló al alza el índice no subyacente, que avanzó 1.93% quincenal, y que además registró aumentos en energéticos y tarifas del gobierno (+2.92%) y en frutas y verduras (+1.34%).

Canasta mínima, la más golpeada
Los hogares de menores ingresos fueron los más afectados. El Índice de la Canasta de Consumo Mínimo, que monitorea 170 productos esenciales, subió 0.71% quincenal y 3.69% anual, por encima del índice general.
Esto refleja que el encarecimiento de la energía tuvo un impacto directo en el gasto básico de millones de familias.
Inflación subyacente se mantiene estable
La parte subyacente, que excluye los productos más volátiles, avanzó apenas 0.04% quincenal y se ubicó en 4.32% anual. Dentro de este rubro, los servicios aumentaron 0.25%, mientras que las mercancías bajaron 0.19%, una señal de que la demanda interna sigue moderada.

Qué productos subieron y cuáles bajaron
Además de la electricidad, subieron:
- Transporte colectivo (+4.32%)
- Servicios profesionales (+10.56%)
- Loncherías, fondas y taquerías (+0.47%).
En contraste, algunos artículos ayudaron a contener el golpe inflacionario:
- Vino de mesa (-9.43%)
- Tequila (-6.01%)
- Ron (-9.78%)
- Aguacate (-4.83%).
Banxico, bajo presión
Aunque la inflación sigue cerca de la meta del 3%, se mantiene por encima del objetivo. Esto ocurre luego de que el Banco de México redujo su tasa de interés a 7.25%, su undécimo recorte consecutivo.

El repunte de noviembre complica el panorama: energéticos, alimentos y servicios mantienen presiones que podrían limitar más recortes en lo que resta del año.
La inflación “se comió” parte del ingreso disponible justo antes del aguinaldo, y noviembre se perfila como un mes clave para definir la trayectoria de precios rumbo a 2026. El dato de 3.61% demuestra que, aunque contenida, la inflación sigue viva… y todavía no baja la guardia.




