Después de casi cuatro años juntos, Majo Aguilar y Gil Cerezo han decidido ponerle pausa a su historia de amor. Aunque la noticia sorprendió a sus seguidores —especialmente porque la pareja había manifestado planes de boda—, ambos artistas aseguraron que su separación se dio en los mejores términos.
“Fue el término de un ciclo, un ciclo muy bonito. No hubo nada de discordia ni infidelidad, para que no haya chisme, todo fue más bien que estábamos en sintonías distintas, incluso hasta geográficamente”, explicó el vocalista de Kinky durante un encuentro con medios.
El también actor dejó claro que no hay resentimientos. De hecho, al ser cuestionado sobre si aún ama a Majo, su respuesta fue contundente: “Claro”. Además, reveló que aún mantienen comunicación constante y cordial.
Ambos siguen creyendo en el amor
La propia Majo Aguilar habló sobre el rompimiento días antes. En entrevista con Blanca Martínez ‘La Chicuela’ para el programa Venga la Alegría, la cantante negó cualquier infidelidad y habló con gratitud sobre su relación con Gil.
“No (hubo infidelidad), nuestra relación fue muy bella y ahora, aunque terminó, seguimos en los mejores términos, una conversación cordial porque ya sabes, los ajustes de cuando se termina una relación”, dijo.
Majo y Gil compartieron casi cuatro años de una relación en la que, según ella misma, predominaron valores como el amor, la autenticidad, la fidelidad y el respeto.
“Vivimos un amor muy especial”: Majo Aguilar
“Lo único que siento por Gil es gratitud. Vivimos un amor muy especial y yo me quedo con eso. Aprendimos muchísimo uno del otro, puedo hablar por él porque me lo dijo, y yo te lo digo, aprendí muchísimo de él”, compartió Majo.
El anuncio oficial lo hizo la cantante el pasado 10 de julio en sus redes sociales, donde escribió: “Hace un par de meses que terminamos, pero terminamos muy bonito (...) lo quiero mucho, suena extraño, pero nuestra relación terminó de una manera muy bonita con mucho respeto”.
Ambos artistas han dejado claro que esta no es una ruptura con puertas cerradas. Tal vez el amor no se fue, solo cambió de forma. Y quién sabe, en una vuelta más del destino, podrían reencontrarse.
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