El mundo del rock vive una despedida a la altura de una leyenda. Ozzy Osbourne, ícono de Black Sabbath y uno de los nombres más influyentes del heavy metal, fue sepultado este jueves en su mansión de Inglaterra, en una ceremonia privada rodeada de su familia, amigos cercanos y colegas de la música.
De acuerdo con reportes, Osbourne fue enterrado, como él lo pidió, cerca del lago en su propiedad de 250 acres en Buckinghamshire, en una ceremonia íntima en la que estuvieron presentes figuras como Marilyn Manson, Zakk Wylde, Corey Taylor (Slipknot), James Hetfield (Metallica) y Sir Elton John.
En el funeral, los asistentes vestían de negro, como marca la tradición. Rob Zombie se dejó ver con un pañuelo de calaveras en honor al difunto, mientras que una ofrenda floral con la frase “OZZY F*ING OSBOURNE**” fue colocada cerca del lago como homenaje al irreverente artista.

Una despedida con su propio estilo
La ceremonia privada sucedió justo un día después del emotivo cortejo fúnebre que recorrió las calles de Birmingham, ciudad natal del cantante, donde miles de fanáticos rindieron tributo entre lágrimas, paz y cánticos de sus canciones más emblemáticas.
"Estoy devastada, pero Ozzy se fue en paz y rodeado de nosotros", habría dicho Sharon Osbourne, su viuda, quien estuvo acompañada de sus hijos Jack, Kelly, Aimee y Louis.
En 2011, Ozzy había dejado claro que no quería un funeral solemne: “Quiero que sea una celebración, no un festival de tristeza. No me importa si ponen un popurrí de Justin Bieber, Susan Boyle y 'We Are The Diddymen’ si eso los hace felices”, declaró entonces.

Seguridad y privacidad hasta el final
Para cumplir con los deseos de Sharon, la ceremonia en la casa estuvo resguardada por un operativo de seguridad desde la mañana. Se colocaron carpas para los asistentes y hasta un escenario musical junto al estanque. El catering funcionó con generadores autónomos para evitar interrupciones, mientras las condolencias no han parado de llegar desde todos los rincones del mundo.
Ozzy, el hombre que llevó al rock por caminos oscuros pero gloriosos, ha partido en sus propios términos. Sin ruido innecesario. Sin lágrimas impuestas. Solo música, paz… y oscuridad.
