Una nueva y peligrosa droga sintética está causando alarma entre las autoridades de salud pública en México: los nitazenos, compuestos hasta 40 veces más potentes que el fentanilo. Estos opioides sintéticos se están sumando a la creciente preocupación por el aumento de sobredosis en diversas partes del mundo y especialmente en América del Norte y Europa.

¿Qué son los nitazenos?
Los nitazenos fueron desarrollados en la década de 1950 como analgésicos, pero nunca recibieron aprobación para su uso médico debido a su alta toxicidad. A pesar de esto, desde 2019 han comenzado a aparecer en el mercado negro, y recientemente se han reportado casos de su presencia en México. Estos compuestos son más potentes que otros opioides comunes y se presentan en diversas formas, como polvo, pastillas y aerosoles, lo que facilita su venta ilegal y su mezcla con otras sustancias, como heroína o cocaína.
Riesgos y peligros de los nitazenos
La principal amenaza de los nitazenos es su alta potencia. Al ser mucho más fuertes que el fentanilo, incluso pequeñas dosis pueden resultar fatales. La sobredosis de nitazenos puede causar depresión respiratoria severa, pérdida de conciencia y, en algunos casos, la muerte. A diferencia del fentanilo, que puede ser contrarrestado con naloxona, los nitazenos no tienen un antídoto conocido, lo que hace que las opciones de tratamiento en caso de sobredosis sean extremadamente limitadas.

El problema en México
Aunque aún no se dispone de datos completos sobre la distribución y consumo de nitazenos en México, las autoridades ya están alertando sobre los riesgos de su llegada al país. Según investigaciones internacionales, se ha detectado que estos opioides pueden ser enviados desde China, lo que aumenta la preocupación sobre su expansión en el mercado negro mexicano.
Las autoridades sanitarias en México están trabajando para implementar medidas preventivas, pero el desafío de controlar el tráfico de estas drogas sintéticas sigue siendo grande. Además, los expertos han señalado la necesidad de educar a la población sobre los riesgos de los opioides sintéticos y fortalecer los programas de prevención.
