El actor y comediante Eduardo Manzano falleció este 5 de diciembre de 2025 a los 87 años, dejando una huella imborrable en la historia del humor en México. Mejor conocido como El Polivoz, el histrión formó parte del icónico dúo Los Polivoces, junto a Enrique Cuenca, además de conquistar a nuevas generaciones como el entrañable abuelo Arnoldo en Una familia de diez.

Nacido en la Ciudad de México el 18 de julio de 1938, Eduardo Eugenio Manzano Balderas, su nombre real, se convirtió en uno de los rostros más queridos de la televisión desde los años 60. A través de personajes como Agallón Mafafas, Gordolfo Gelatino, Don Teofilito y el inolvidable Wash and Wear, Manzano reflejó el ingenio del humor mexicano, con críticas sociales que hoy siguen vigentes.

Su historia más allá de Los Polivoces
Aunque su trabajo con Cuenca en Los Polivoces marcó una época, Manzano también brilló en solitario con su propio programa El Show de Eduardo II (1976-1981). Además, trabajó al lado de figuras como Chespirito en la cinta ¡Ahí madre! (1970) y se mantuvo activo en el cine y la televisión por más de seis décadas.
En 1998 fue noticia tras haber resultado herido de bala durante un intento de asalto. El actor, que portaba un arma para defenderse, sobrevivió al ataque y retomó su carrera con fuerza.

El regreso triunfal con ‘Una familia de diez’
Para el público joven, Eduardo Manzano es reconocido como el divertido abuelo Arnoldo López Conejo, personaje que interpretó desde 2007 en la serie producida por Jorge Ortiz de Pinedo. En ese papel rindió homenaje a sus antiguos personajes, haciendo guiños a los fans de toda la vida.
También participó en La Rosa de Guadalupe, Alma de Hierro, El bienamado, y Marcianos vs. Mexicanos, entre otras producciones. Su última aparición en televisión fue en Bola de Locos (2023), donde interpretó a El Sopas. Más de 40 producciones hizo frente a la pantalla chica y grande.

Despedida a una figura entrañable
La comunidad artística ha comenzado a despedirse del comediante, recordando su legado, su talento para la sátira y su capacidad para reinventarse con cada generación. Los hijos del actor, Eduardo y Ariel, también se dedican al humorismo, siguiendo el camino de su padre.
La carrera de Eduardo Manzano es el retrato de una época dorada para la comedia mexicana y su figura se mantendrá viva en cada risa que provoquen sus personajes.





