En una insólita maniobra que ha causado gran polémica en el futbol italiano, aficionados del Genoa intentaron boicotear uno de los partidos más importantes de la Sampdoria en los últimos años. El club genovés, máximo rival histórico de la Samp, protagonizó una campaña encubierta para sabotear el duelo de ida de la eliminatoria por la permanencia en la Serie B frente a la Salernitana.
Tras un descenso deportivo que los mandó a la Serie C, la Sampdoria recibió una inesperada oportunidad de salvación debido a los problemas administrativos y la desaparición del Brescia, que reajustó la tabla y le permitieron pelear su permanencia en una eliminatoria a doble partido.
El primer encuentro se jugará el 15 de junio en el Estadio Luigi Ferraris, y la Sampdoria decidió vender entradas a precios populares —entre 5 y 10 euros— con el objetivo de llenar el estadio y crear un ambiente favorable en este duelo trascendental. Sin embargo, lo que parecía una medida positiva se convirtió en una trampa: cientos de aficionados del Genoa aprovecharon la iniciativa para comprar entradas masivamente… y no asistir.
Entradas bajo nombres burlescos
Para intensificar el boicot, muchos seguidores del Genoa adquirieron boletos utilizando nombres en tono irónico o provocador como el del exjugador argentino Diego Milito (con pasado en el Genoa), Gabriele Gravina (presidente de la FIGC), Massimo Ferrero (controvertido expresidente de la Sampdoria) o Mbaye Niang, futbolista señalado tras fallar una ocasión clave en la última jornada de la temporada.
La acción tenía como objetivo dejar medio vacío el estadio de la Sampdoria en un día clave para su historia, enfriando el ambiente y afectando el ánimo del equipo.
Reacción de la Sampdoria: cancelación de entradas
Al detectar el intento de sabotaje, la Sampdoria actuó con rapidez. El club identificó a los compradores vinculados al Genoa y canceló todas las entradas sospechosas, evitando así un escenario desolador en casa. Con esta medida, el equipo busca garantizar el respaldo de su verdadera afición y llenar el Luigi Ferraris para impulsar al equipo hacia la salvación.
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