CARLOS GOROZPE
Y el estadio Azteca se engalanó con la presencia de Salvador Cabañas, quien regresó a nuestro país para recibir un homenaje por parte del América que se midió ante la selección de Paraguay. Al final y quizá lo menos importante fue el marcador de 0-0.
Chava apareció en el primer tiempo con la playera de las Águilas y saltó al campo como titular y con el gafete de capitán. El guaraní sólo jugó 9 minutos, en los que tocó poco el balón, pero se dio el lujo de sacar un disparo que salió desviado de la meta de los sudamericanos, antes de dejar su lugar en la cancha a Juan Carlos Medina.
La ovación fue rotunda para Cabañas, quien vio el resto del primer tiempo desde la banca americanista, para regresar al campo en la parte complementaria.
El segundo tiempo arrancó y el ';Mariscal'; apareció con la camiseta de la selección paraguaya y portando el gafete de capitán durante los casi 11 minutos que se mantuvo en el terreno de juego, hasta que dejó su lugar para el ingreso de Robín Ramírez.
Otra vez Chava se fue entre aplausos, pero esta vez no regresó a la banca, pues de inmediato se fue a un palco del Coloso de Santa Úrsula, donde vio el resto del encuentro en compañia de su esposa y algunos familiares.
Ya en el partido, se tuvo muy poco que contar desde la primera mitad, ambas escuadras se limitaron a cumplir con el duelo y entre la poca entrega de los jugadores y los diversos cambios, el juego nunca pudo ';explotar'; y dio como resultado un 0-0 para el olvido.
La realidad tanto de Paraguay como de América no cambia ni siquiera en un amistoso. El partido fue deslucido, con los dos equipos tocando el balón en medio campo hasta el borde de la desesperación. Incluso, las jugadas más peligrosas del encuentro fueron obra del propio Salvador Cabañas la primera como americanista y la segundo como paraguayo aunque ambas pasando por encima de la portería rival.
Salvo eso, la gente no pudo ver mucha diferencia con lo que en tres semanas de Liga Mexicana ha mostrado América y menos Paraguay que sigue con la misma tónica de Copa América donde el empate es el mejor resultado no importa si está Gerardo Martino en la banca o Francisco Arce, la tónica es la misma.
Es cierto que por el tipo de encuentro hubo muchos cambios, pero la máxima en el futbol es que debería de reinar el espectáculo y el partido estuvo lejísimos de expresar eso a la tribuna que más se divirtió en cantarle a Cabañas o en aventarle sus playeras a Vicente Sánchez que estaba en la banca y firmó cada una de las prendas.
No importó que fuera primer o segundo tiempo, ninguno de los dos preocupó en lo más mínimo a los porteros rivales que hasta en cuatro ocasiones cambiaron de nombre.
Al final, lo mejor del encuentro, fue cuando Salvador Cabañas se retiró de la cancha vestido con la albirroja y la gente entregándosele como antaño, total, esa era la figura del amistoso y nadie se atrevió ni siquiera a hacer un gol que pudiera opacar al ‘Mariscal’.
Al término del partido, las pantallas del Estadio Azteca mostraron el comercial que había filmado la Selección de Paraguay previo a la Copa del Mundo donde se ganó el mote del ‘Mariscal’. En él, se podía apreciar a Salvador Cabañas montado en un caballo blanco y con una bandera con los colores paraguayos como estandarte. Al final del mismo, apareció una imagen de ‘Chava’ festejando un gol junto a la leyenda de "Grande. Muy grande”.
ASÍ LO VIVIMOS




