El futbol mexicano sigue de luto tras el sensible fallecimiento de Manuel Lapuente Díaz, ocurrido el pasado 25 de octubre a los 81 años. Una de las voces más emotivas en recordarlo fue la de Enrique Borja, exfutbolista y directivo, quien en entrevista exclusiva para Claro Sports compartió pasajes que revelan la profunda amistad y el legado humano que dejó el icónico entrenador, especialmente en el exitoso Necaxa de los 90.
Borja, visiblemente afectado por la noticia, se sinceró sobre el impacto que supuso la partida de "Manolo". “Fue un shock muy fuerte, tenía tiempo de no hablar con Manolo. No había tenido comunicación con él y de repente te impacta, por un lado saber de golpe eso y por otro lado para mí fue aparte un gran amigo”, expresó.
El secreto del éxito
Al recordar la época dorada con los Rayos, donde Lapuente consiguió tres títulos de liga, Borja destacó la filosofía del técnico que trascendía lo táctico.
“Tenía la visión, el poder hacer grupo, el conocer y respetar a los jugadores siendo jugador, tener una exigencia, pero también un respeto, una admiración y una confianza. Sus asesores eran los jugadores y yo creo que eso fue valiosísimo por el grupo que se hizo, que era más que un equipo, una familia, sobre todo con Necaxa y en la selección”, afirmó.
Hambre de triunfo
El exdelantero también compartió una reveladora anécdota sobre el inicio de la exitosa etapa de Lapuente en el banquillo del Necaxa, en la cual puso a prueba el compromiso del estratega.
“Le dije, ‘Manolo, ¿tienes hambre?’ y me respondió ‘Sí, vamos a comer’. No, no, le dije, ‘hambre de futbol, hambre de triunfo’. Me contestó: ‘Tengo hambre y vamos a ser campeones. Tú y yo tenemos que sacar este equipo varias veces campeón’”, relató Borja, demostrando la ambición que los unía.
Un equipo querido, un equipo de los niños
El legado que Borja y Lapuente buscaron construir iba más allá de los trofeos. “Para Manolo y para mí era hacer del Necaxa un equipo querido, un equipo de los niños”, concluyó el exdirectivo, resumiendo el profundo impacto social y emocional que desearon dejar en el club.
