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Opinión

El éxito de la paciencia

2020-08-19 | Alberto Bernard
ALBERTO BERNARD
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Se trabaja como se vive. El estilo tan peculiar de Víctor Manuel Vucetich es reconocido por sus logros y las historias de triunfo que siempre le dieron la razón a su discreta forma de manejarse.

La serenidad de su rostro es el reflejo de su disciplina, la misma que tuvo en sus inicios cuando se transportaba en autobús por el Estado de México dirigiendo a equipos de divisiones menores.

Su estilo nació en medio de la plenitud de dos de las escuelas de entrenadores más importantes de nuestro futbol; por un lado, el Lavolpismo y su juego organizado, y por el otro el Lapuentismo con su juego directo. Ahí, Vucetich comenzó a mostrarse como un técnico más pragmático, basando el principio y el fin de sus planteamientos tácticos en el orden.

Algunas de sus premisas parecen básicas, pero al ser bien ejecutadas son fundamentales para el trabajo colectivo.

Transiciones rápidas a la defensiva, de forma prioritaria rebasar la línea del balón a toda velocidad para mantener superioridad numérica en la zona baja, su presión comienza en la media cancha, cede la salida al rival y espera en bloque en el mediocampo, siempre mostrando un equipo compacto que se para en menos de 20 metros.

Muy distinta a la presión defensiva que ejercía el Lapuentismo con equipos muy cercanos a su portería y con contragolpes a velocidad generando peligro. Lejano a la dinámica y variantes mostradas por el Lavolpismo.

La escuela de Vucetich es un término medio entre estas dos escuelas, tan ecuánime como la serenidad que muestra en todo momento, equilibrado en los modos y en las formas.

La construcción es organizada, la mayoría de las ocasiones suele elaborar su salida, es igual de compacto que al momento que defender. Con centrodelanteros con presencia de área, extremos que tienen la obligación de pisar la zona de definición al igual que están obligados a trabajar en el dos contra uno para recuperar el balón. El enganche, a excepción de Ronaldinho en Querétaro, arranca más cercano a los contenciones que del eje de ataque.

El tema de la disciplina es igual de importante al respeto que demuestra cuando habla con los jugadores en lo colectivo y en lo individual.

Un tipo con la convicción de mantener sus principios por encima de las presiones. Tan callado ante los medios de comunicación como ante las presiones por alinear de forma obligatoria, como le pasó con Ronaldinho.

Tal vez la única tarea pendiente para Vucetich es dejar escuela; mientras La Volpe tiene en Romano, ‘Piojo’ Herrera y ‘Profe’ Cruz a varios alumnos que mantienen su idea viva, el Lapuentismo que se refleja en el ‘Chepo’ de la Torre, entre otros. El Tuquismo de Ferretti, por su parte, con Memo Vázquez y otros expumas, pero el Vucetichismo parece que no ha echado raíces, algo similar al peculiar Javier Aguirre.

Pertenece a la escuela de entrenadores mexicanos de perfil discreto, sin aspavientos, sin dinamitar con declaraciones, lejos de las polémicas y con ideas claras al momento de trabajar.

Su estilo necesita tiempo, algo que no suele tener Chivas. Paciencia, trabajo e inteligencia, los tres pilares del ‘Rey Midas’.

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