Paty Cantú no se casó como lo dicta la tradición. No usó blanco, no pidió permiso y no buscó complacer a nadie, salvo a ella misma. Su boda con Christian Vázquez fue, en sus palabras, un acto de “autenticidad absoluta”. Y sí, lo dejó claro con un vestido verde esmeralda, una elección que causó revuelo, pero que para ella tuvo una carga simbólica poderosa.
“Que se note que vamos, sí tradición, pero a mi manera y quiero ser un poco rockstar, un poco glam, ¿no?”, explicó la cantante ante los medios.
La artista no solo desafió las expectativas con su look. También lo hizo al hablar de los ramos que eligió, que lejos de ser los clásicos arreglos florales, incluyeron especies que muchos considerarían poco estéticas.
“Incluso los ramos y las cosas que escogí todas tenían así como flores que usualmente no son de ramos o que son consideradas feas. Quería decir que todo lo que uno puede considerar que no es, si tú lo sabes acomodar, puede mostrarse bello”, declaro.
Paty quiso mandar un mensaje: lo bello no está en lo convencional, sino en lo auténtico. Cada detalle de su boda fue una declaración de principios, un reflejo de su identidad creativa.
¿Y los hijos?
Después del sí, vino la típica pregunta de la prensa: ¿hay bebé en camino? Fiel a su estilo, Cantú respondió con humor y sin dejar de lado la emoción.
“Mis hijos son las canciones, pero ahora tienen papá”, dijo entre risas. “Mis hijos son un montón de mis amigos, algunos de mis sobrinos, muchos de mis fans, porque ellos me dicen madre”.
Por ahora, sus planes están lejos de cambiar pañales. Su prioridad sigue siendo la música y esa tribu de fans que la acompaña desde hace años.
Una luna de miel sin presiones
Aunque su agenda artística sigue a tope, Paty ya tiene planes para celebrar en privado su nueva etapa con Christian: “Sí, me quiero dar un par de semanas de luna de miel, así que Navidades con el nuevo esposo”.
Y aunque muchos asumen que el matrimonio lo cambia todo, ella asegura que no ha habido una gran transformación. Bueno, salvo una cosa: “Y ahora sí, no hay cómo no me digan ‘señora’. La verdad no me decían mucho ‘señora’ antes, pero ahora ya es como ‘señora’, ya es que claro”.
Nada fue por presión
La decisión de casarse fue suya, sin relojes sociales ni exigencias de terceros. Paty lo dijo claro: “La verdad es algo que hicimos porque quisimos, no porque teníamos que ni porque tocaba”.
Su boda fue una celebración del amor y la libertad. Un mensaje que incomodó a algunos, pero que representa fielmente la esencia de una artista que nunca ha seguido el guion impuesto.
