Obtener o renovar la licencia de conducir en México implica más que aprobar exámenes de manejo. Las autoridades realizan una valoración integral del estado de salud del solicitante para garantizar su aptitud psicofísica y prevenir riesgos en la vía pública. Dependiendo de los resultados médicos, la autoridad puede denegar la emisión o renovación del carnet de circulación.

Evaluación médica para la licencia de conducir
Antes de iniciar el trámite, los conductores deben presentar chequeos médicos que verifiquen su estado físico y mental. Este procedimiento incluye la revisión de antecedentes médicos y la detección de enfermedades que puedan afectar la capacidad de conducir de manera segura.
El objetivo es proteger la seguridad vial, evitando que personas con condiciones médicas graves circulen sin supervisión.

¿Qué enfermedades podrían hacer perder mi licencia?
Algunas patologías son consideradas incompatibles con la conducción, especialmente las que suelen aparecer con la edad avanzada. Entre las más relevantes se encuentran:
Problemas de visión: pérdida de visión, ceguera parcial o total, cataratas, diplopía.
Enfermedades cardiovasculares: infartos agudos, hipertensión, miocardiopatía hipertrófica, síncope cardioinhibitorio, aneurisma aórtico, arritmias, presencia de marcapasos, angina de pecho.
Trastornos neurológicos: Alzheimer, Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple, temblor.
Enfermedades respiratorias: EPOC, disnea, insuficiencia respiratoria crónica.
Otras condiciones médicas graves: osteoporosis, distrofia muscular, insuficiencia renal, trasplantes recientes, hipoglucemia.

Los exámenes médicos permiten a las autoridades determinar si la persona está apta para conducir y prevenir accidentes derivados de problemas de salud.

Cumplir con estas evaluaciones garantiza que el conductor pueda renovar su licencia sin inconvenientes, siempre y cuando no presente enfermedades que limiten su aptitud para conducir.




