Si eres de los que no suelta el celular ni cuando viaja, más vale que sepas que en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hay lugares donde sacar la cámara puede costarte caro. Aunque en pasillos, mostradores y salas de espera antes de los filtros de seguridad puedes tomar fotos y videos sin problema, en las llamadas zonas restringidas la historia es distinta.

Prohibiciones claras en zonas restringidas
La Ley Aduanera vigente establece que está prohibido usar celulares o cualquier otro medio de comunicación en áreas designadas como restringidas. Estas incluyen los pasillos posteriores al filtro de seguridad, áreas cercanas a aeronaves, salas de última espera rumbo a la plataforma, así como espacios de carga, manejo de equipaje, correo y preparación de alimentos de las aeronaves. En todos esos puntos, la regla es tajante: no fotos, no videos.

La sanción económica
El Artículo 192 de la Ley Aduanera fija una multa que va de los 16 mil 40 a los 21 mil 380 pesos para quien incumpla con estas disposiciones. Una cantidad nada despreciable para quienes suelen documentar todo en redes sociales, sin medir las consecuencias.

El tema volvió a la mesa después de que se viralizara un comunicado del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM). En el texto, dirigido a sus agremiados, se recordó que compartir imágenes desde zonas restringidas puede poner en riesgo la seguridad aeroportuaria, además de representar una falta a la normatividad.
Autoridad responsable
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a través del SAT y las aduanas, es la encargada de fijar los lineamientos en aeropuertos y puertos internacionales. De ahí que la regulación tenga el respaldo legal suficiente para aplicar sanciones económicas a los infractores.

En resumen: si estás en áreas abiertas al público, antes de pasar el filtro de seguridad, puedes usar el celular libremente. Pero una vez dentro de las zonas restringidas, mejor guarda la cámara si no quieres que tu foto de recuerdo termine costándote más de 20 mil pesos.




