El futbol rumano fue testigo de un hecho sin precedentes que ha generado un intenso debate ético y deportivo a nivel internacional: Aurelian Ghisa, el propietario de 61 años del equipo Sanatatea Cluj, se uniformó y saltó al campo en los minutos finales de la derrota 1-4 de su equipo contra el poderoso Universitatea Craiova por la Copa de Rumania. Este accionar, más allá de la anécdota, provocó críticas que Ghisa ha enfrentado con una defensa férrea de su pasión.
¿Por qué el dueño de un equipo jugó un partido oficial?
La polémica sustitución se produjo en el minuto 88 del duelo, con la derrota ya consumada para el Sanatatea Cluj, un equipo modesto de la Tercera División que se enfrentaba al Craiova, tercer clasificado de la máxima categoría y participante en la Conference League. Ghisa, portador del dorsal 55, no solo restó importancia a la diferencia de edad con sus rivales, sino que afirmó su vigencia: “Mi motivación nace de mi pasión por el futbol y de la voluntad de no rendirme. Entreno una o dos veces por semana con los jugadores. La edad no me limita, quizá sea un poco más lento, pero eso no es un problema”.
Antes de ingresar al Estadio Ion Oblemenco, el propietario había anticipado su disposición a jugar, recordando su última aparición profesional en septiembre de 2011 contra el Steaua de Bucarest. En una entrevista con Liga Digi Sport, aseguró: “Siempre estoy listo para el partido. Si me necesitan y han decidido que puedo ayudar al equipo, por supuesto que entraré y echaré mi mano. Todos los años paso el reconocimiento médico con el equipo”. Incluso, destacó su eficacia histórica: “No he fallado ni un solo penal en partidos oficiales”.
El entrenador del equipo, Vasile Miriuta, había justificado la decisión en la previa, reconociendo el compromiso del dueño con la institución. Como divulgó el sitio neerlandés Voetbal International (NI), el DT afirmó: “Por todo lo que hace por el club, se lo merece”. Tras el partido, Ghisa reafirmó su compromiso con el equipo, señalando que seguirá estando a disposición de Miriuta y que, como muestra de apoyo, pagaría un bono cercano a los 500 euros a sus jugadores a pesar del resultado.
Críticas en el futbol mundial
Sin embargo, el gesto fue catalogado por muchos como una burla al deporte profesional. La crítica más dura provino de Valeriu Iftime, propietario del Botosani, líder de la Liga de Rumania. En diálogo con ProSport, Iftime sentenció: “Al principio, pensé que la noticia de que el señor Ghișa jugaría un partido oficial a los 61 años era una simple broma para llamar la atención sobre su equipo. Sin embargo, no fue ninguna broma y presenciamos un circo. Espero que a ningún otro dirigente se le ocurra hacer algo así. Estamos haciendo el ridículo”.
La controversia trascendió las fronteras rumanas. El prestigioso diario francés L’Equipe también se sumó a las críticas, cuestionando la validez del evento con una punzante pregunta en su portal web: “¿Por qué se le permitió a este abuelo pisar el césped de un partido profesional?”. El hecho generó una ola de indignación sobre los límites entre el show mediático y la seriedad de la competición oficial.
Iftime, el dueño del Botosani, profundizó su rechazo, argumentando que la acción de Ghisa era una afrenta para las nuevas generaciones de futbolistas rumanos. Continuó con su sarcasmo, sugiriendo: “¿No quieren que yo también entre en el campo? Soy cuatro años mayor que este señor Ghișa, quizá tenga un físico aún mejor, así que podría participar yo también, ¿no? Lo digo en broma, pero seamos serios”.
El crítico finalizó su ataque al considerar que el propietario del Sanatatea Cluj había desviado la atención del foco principal: “Su gesto me parece una ofensa para todos los juveniles y futbolistas jóvenes de Rumania. Este señor ha conseguido atraer toda la atención de la prensa, pero en la práctica ha ofendido a los jóvenes futbolistas del equipo”. Pese a la controversia, Aurelian Ghisa no mostró intención de retirarse, manteniendo viva la insólita historia del propietario-jugador.
