El ambiente en el vestidor de Pumas fue sacudido por un hecho alarmante que fue revelado en conferencia de prensa por su entrenador, Efraín Juárez, luego de la eliminación del equipo en la Leagues Cup a manos del Inter Miami. El técnico interrumpió su comparecencia ante los medios no para hablar de táctica o errores en el campo, sino para denunciar una situación fuera de todo contexto deportivo: Álvaro Angulo, defensor colombiano del club, fue amenazado de muerte la mañana del partido.
“Esto no es normal”, expresó Juárez con firmeza. “Recibió amenazas por correo y teléfono. No sabemos exactamente el origen, pero todo indica que vienen desde Argentina”. El club ya abrió una investigación interna, y la directiva se encuentra evaluando medidas para garantizar la seguridad del jugador y esclarecer el caso.
Las amenazas habrían sido motivadas por su reciente salida de Independiente de Avellaneda, club argentino al que Angulo dejó en medio de una disputa por incumplimientos económicos. Según señaló el futbolista días atrás en entrevista con ESPN Colombia, su salida respondió a promesas no cumplidas y atrasos en los pagos de primas acordadas desde su llegada procedente de Atlético Nacional.
Irregularidades, deudas y amenazas: la denuncia que incomodó a Independiente
El origen de esta tensa situación se remonta a las declaraciones de Angulo sobre el trato recibido en el futbol argentino. El colombiano relató que, a pesar de haber llegado libre desde Atlético Nacional, el club argentino no cumplió con los pagos pactados en su contrato, incluyendo cuotas de marzo y junio. La falta de respuesta y la aparente falta de voluntad para saldar la deuda lo llevaron a tomar la decisión de salir del club.
“Yo no pedí aumento de salario, solo que me pagaran lo que acordamos”, dijo Angulo, quien incluso se reunió con el presidente del club, Néstor Grindetti, para intentar llegar a una salida negociada. “Vi que daban muchas vueltas, les dije que no quería seguir. Para mí, para mi familia y mi tranquilidad, lo mejor era irme”, explicó.
Ahora, desde México y defendiendo los colores de Pumas, el jugador vive un episodio completamente ajeno a lo futbolístico, con su integridad emocional y física en juego. El mensaje de Efraín Juárez no fue solo un llamado de atención, sino también una postura de respaldo absoluto a su jugador: “Cero tolerancia a estas circunstancias. Hay que decirlo, no podemos normalizar esto en el futbol”.
