Dan la cara por México

Misael Rodriguez durante su combate frente a Hosam Abdin en Río 2016
Misael Rodriguez durante su combate frente a Hosam Abdin en Río 2016 | IMAGO7

Todos hacen su mejor esfuerzo. Sin embargo, otra vez, quienes sacan la  casta por el país son los que menos tienen, los más pobres del circuito olímpico mexicano...

Lupita González hizo historia al convertirse en la primera marchista mexicana en subir al podio olímpico tras ganar la plata, con la que rompió la sequía de 16 años sin metales en la caminata tricolor; su logro fue calificado como milagro y lo es.

Su historia personal y su forjamiento como deportista comienza a valer tanto como su medalla. Su estrato social la convierte en doble campeona.

Ya es celebre la entrevista a la mamá de Lupita. Un reportero le  preguntó qué le cocinará a su hija cuando regrese de Río. La respuesta desnuda mucho de lo que se debate alrededor del deporte. “Uy, aunque sea  frijoles”, respondió.

Misael Rodríguez gana y también comienza a valer tanto como su medalla  la imagen donde botea en los camiones para obtener recursos para ir a torneos internacionales en busca de la plaza olímpica.

El boxeo como deporte popular, donde los barrios más pobres del país son  la cuna de esta disciplina. Sólo es de élite cuando los millones de los empresarios los inundan y también los hunden.

Ahí están los 21 deportistas militares que formaron parte de la actual delegación, todos con rangos bajos, cabos, sargentos.

La medalla de taekwondo la dio la ahora triple medallista olímpica María del Rosario Espinoza, cabo auxiliar de Educación Física de la Sedena, oriunda de La Brecha, Sinaloa, proveniente de una familia de pescadores.

Ayer sus padres ni siquiera tenían boletos para ver su primer combate. Tuvieron que conseguirlo de última hora.

Hay un sector de clase baja, que sin apoyos integrales, para no hablar de dinero, logran lo impensable. Suben al podio y hacen que un país comience a rotar entorno a su imagen, al menos por algún momento.

A los de su sector les dan las esperanzas que necesitan para sentirse a través de ellos grandes, que las circunstancias sociales los tienen en la lona.

Las entrevistas a los familiares reflejan no solo historias lastimeras, sino realidades que no son atendidas. En esta ocasión tocó a los barrios de Tlalnepantla; Parral, Chihuahua; Cuautla, Morelos, enorgullecerse de sus héroes.