Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Inexplicable
El fenómeno de Pumas no halla respuesta en el razonamiento del futbol moderno. Pasa de cualquier lógica, trasciende al experto, incluida a la directiva actual del Club Universidad. Tampoco la afición tiene una interpretación certera, sino un catálogo de teorías.
Este equipo está puesto de nuevo en la antesala de un título internacional y lucha por volver a disputar el título de Liga MX. Y sin ser favoritos en ninguno de estos dos compromisos, tras ver de lo que son capaces, ¿te atreverías a apostar en contra? No lo hagas.
Pumas tiene la segunda peor nómina de la Liga MX y tras vencer al líder del torneo, se metió al benévolo Repechaje que tiene para mantener vivos a 12, pero basta ver a los otros seis eliminados para descubrir que la mayoría tenía mayor expectativa que Universidad: Toluca no esquivó la bala de la multa de porcentajes; Santos, con uno de los proyectos más sólidos del siglo; el ganador León tampoco lo logró, ni Tijuana y Ciudad Juárez con sus sorprendentes chequeras. De Querétaro se entiende por la penosa gestión de sus exdueños.
¿Y en Concacaf? Los otros finalistas y campeones sucumbieron ante los chispazos de la MLS y sólo Pumas, que dominó al poderoso Cruz Azul, se pudo colocar en la serie por el Mundial de Clubes.
Además de la plantilla, debilitada por las ventas de las figuras cada torneo, Universidad ha sido exitoso con un director técnico que llegó como bombero de las Fuerzas Básicas del equipo cuando Michel les botó el puesto a una semana del inicio del certamen: Andrés Lillini, que se convirtió en el timonel con mayor continuidad en México. Encima, hay que agregar el incoherente maltrato por parte del arbitraje. Y de los ajustes financieros que han tenido que solventar, ya ni hablemos.
