Con el balón rodando, en medio de cuatro defensores, a la velocidad de una centella, Javier Hernández casi siempre encuentra la manera de provocar felicidad en su equipo y daño en el rival.
Lo mismo podría hacer con las críticas: patear ‘las buenas’ hacia el gol y desechar ‘las malas’ hacia el tiro de esquina, pero ausentarse no, taparse tampoco, mucho menos esconderse. Los grandes delanteros aciertan y fallan, pero nunca se esconden.
Al igual que casi tres décadas lo hacía Hugo Sánchez, Javier ‘Chicharito’ Hernández acusó directamente a cierto sector del periodismo y de la sociedad mexicana de tenerle ‘envidia’, no reconocer sus logros y hacerle sentir un extranjero en su propio país.
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