Opinar de futbol. Tener la ocasión, la libertad de hablar, de analizar y de ofrecer un punto de vista en algo tan simple y trivial como lo es el futbol. De decir: “Ese equipo juega bien” o “ese futbolista no funciona”. O quizá: “Esta selección no está al nivel de las mejores del mundo”.
Opinar de futbol, sólo futbol. Tal parece que en algunas partes del mundo eso está prohibido o tiene que estar sujeto a tratamiento para que nadie se sienta ofendido, insultado y hasta ultrajado en un sentido de fanatismo nacionalista absurdo y alejado de la realidad y de los tiempos que vivimos.
Es futbol, sólo futbol, es la libertad de hablar y de opinar de futbol.
— Les dije que en futbol eran “un cualquiera”. Que no tenían calidad que marcara diferencia en el mundo. Les dije, para que me entiendan, que no eran buenos en el futbol...
— ¿Por eso te dicen esas cosas, papá?
Creo que el momento más incómodo, delicado y duro del fin de semana fue cómo explicarles a Michelle, a Natanya y a Dafne, mis hijas, por qué había tantas personas enojadas y yo diría que hasta encolerizadas conmigo en las redes sociales.
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