¿Quién gana las carreras en México?

El fin de semana me reencontré con una amiga Shankha, que dejó de serlo porque se volvió muy rápida y pasó a formar parte de un equipo más pro, llamado ZOOMRC.

Sandra había corrido en Puebla una carrera de 10 km, una distancia que tiene muy medida, pero ésa fue la primera vez que logró subir a un pódium.

Me emocioné como si Sandra hubiera ganado una medalla de Juegos Olímpicos, y es que siempre que corremos, vemos ríos de personas que se esfuerzan por llegar, pero pocos se preocupan por hacerlo en los primeros sitios.

Correr te da ese placer de ser el número 456 mil en llegar y, aun así, sentirte contento y satisfecho; por ello no imaginaba qué sentía al ser de las ganadoras.

Sandra logró correr los 10 km en 45 minutos, un promedio de 4 minutos con 28 segundos por kilómetro; nunca imaginó que una carrera de entrenamiento —se prepara para correr el Maratón de Boston en el equipo de ZoomRc— podría darle tanta satisfacción.

Su estrategia fue ser constante en los entrenamientos, superarse cada día —aunque sea pequeño el avance, pues al final siempre habrá una recompensa—; también monitoreó cada kilómetro, nunca había estado tan atenta a su reloj.

Pienso en Sandra como una motivación más para los que nos gusta correr. Primero, porque si te esfuerzas y eres constante, algún día te pondrán tu medalla en un pódium, aunque no seas un 'atleta profesional'; segundo, porque la constancia siempre nos hace mejores: si en la última carrera terminaste entre los 5 mil participantes, pues en la siguiente podrías esforzarte por terminar entre los 4 mil.

Lo rico de correr es que la satisfacción es personal, que la medalla no es necesaria cuando tú decides si fuiste un ganador o no; aunque claro, ganar siempre suena seductor.