opinion.jose-luis-caballero-leal.la-vil-venganza
Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

La vil venganza

2018-07-22 | José Luis Caballero
JOSé LUIS CABALLERO
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Muy, pero muy preocupante resulta que Andrés Manuel López Obrador no parezca estar consciente de que sus días como propietario de Morena terminaron en el momento en que los votos de la elección lo convirtieron en virtual presidente electo de México, y que a partir de ese instante, su conducta personal, declaraciones, gestos, gustos y arrebatos tienen un impacto absolutamente diferente al que pudieron haber tenido siendo aun candidato a la presidencia de este país. Haber declarado como “gobernador legítimo” de Puebla a Miguel Barbosa, quien perdió la elección a la gubernatura frente a Erika Alonso resulta inadmisible, remontándonos a la mesiánica autocoronación del propio López Obrador como presidente legitimo, auténtico y único de México en el año 2006. Pero resulta aun más grave que, con motivo de la multa de los 197 millones de pesos que le impuso el INE el pasado jueves a Morena, por haberse comprobado la ilicitud en la constitución de un fideicomiso privado, integrado por la élite de ese partido político, domiciliado en la misma ubicación de Morena, y a través del cual se canalizaron donativos supuestamente realizados para los damnificados del sismo del pasado 19 de septiembre, para apoyos personales de los candidatos morenistas, haya declarado que se trató de una “vil venganza”. Tal manifestación raya verdaderamente en el más absoluto y puro autoritarismo, sin que a la fecha López Obrador explique el motivo de la supuesta venganza en su contra por parte del INE, que dicho sea de paso, fue el que lo declaró ganador en la reciente contienda presidencial.

La transparencia, la rendición de cuentas y tener que dar explicaciones, va en contra de los ideales de AMLO. Simplemente no es lo suyo. La agresión y el envío al diablo a las instituciones forma parte del ADN que lo ha caracterizado durante los últimos dieciocho años. Todo parece indicar que el “chip” de la descalificación, el agravio a los órganos de gobierno legalmente establecidos y a las instituciones ciudadanas se le quedó en “ON”, y con base en ello su actuar dista mucho de ser el de un presidente electo que gobernará a todos los mexicanos, manteniéndose aún el papel de líder del partido ganador, y repartiendo caña a diestra y siniestra como si aun estuviéramos en el periodo electoral. Quizá valga la pena que alguien de su equipo más cercano, si es que escucha a alguno de ellos, le avise que el período electoral ya terminó, que resultó un apabullante ganador, y que lo que hoy se espera de él es una actitud demócrata y republicana, acorde a la solemnidad y responsabilidad de dirigir el destino de este país.

Este grave desencuentro con el INE es un peligroso anticipo de lo que podrá suceder a lo largo de los siguientes seis años, cada vez que alguna decisión le incomode o resulte opuesta a sus intereses. Sus recientes declaraciones son, también, un evidente acto de intimidación hacia los Magistrados del Tribunal Federal Electoral, a quienes les corresponderá ratificar o revocar la multa impuesta por el órgano electoral ciudadano. Ojalá la autonomía del órgano jurisdiccional no se contagie del síndrome de “Virgilio”.

Finalmente, las huestes morenistas han destapado a Porfirio Muñoz Ledo para encabezar la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados que se instalará el próximo 1 de septiembre. Con más de seis décadas de chapulineo y 84 años de edad, en Muñoz Ledo deposita Morena las aspiraciones de cambio y modernidad que México reclama.  

Contenido Patrocinado